El orto

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​El orto​ de Olegario Víctor Andrade

(imitación de Longfellow)


Surgió del hondo mar adormecido
    un viento vagabundo,
diciendo a las tinieblas : ¡Recogeos,
    que ya despierta el mundo!


Pasó sobre los buques que veleros
    rompen la onda sonora
gritándoles: ¡arriba, marineros,
    que ya viene la aurora!


Se internó por la selva obscura y fría
    poblada de visiones,
¡despertad! — murmurando, — ¡viene el día
    germinador de frutos y pasiones!


A los añosos troncos de ancha copa
    y gigantesca talla:
"De verdes hojas desplegad al aire
    el pendón de batalla!"


Al ave que dormita en la espesura
    el ala entumecida:
"Batid el vuelo, que se acerca el alba,
    el ave de la vida!"


Al gallo vigilante de la choza
    perdida en la llanura:
"Cantad, cantad que avanza el enemigo
    de la tiniebla obscura!"


A la espiga del campo doblegada
    al peso de su grano:
"La aurora, vuestra hermana, se levanta
    tras el monte lejano!"


Al viejo campanario de la aldea
con lengua de metal: "Cantad el día"
y a los muertos del triste cementerio :
"Dormid, dormid, no es tiempo todavía!"