El pajarillo
Dime, pájaro, ¿a dónde
vas peregrino?
¿A do vuelas tan solo?
¿No tienes nido?
-¡Ay! No lo tengo,
y sin hallar reposo,
cansado vuelo.
Vuelo y voy caminando,
sin saber dónde
la dicha que he perdido
de mí se esconde;
Cuando pequeño,
patria tuve y amores
en otro suelo.
Con mi amada vivía
entre los mirtos;
nuestra edad era corta,
grande el cariño;
cariño tierno,
que apenas yo nacido,
nació en mi pecho.
Un gavilán maldito
me robó el alma,
la dulce luz hermosa,
que luz me daba;
mató mi dicha,
que mató ante mis ojos
la prenda mía.
Ahora seguiré viendo
tierras extrañas,
el cuerpo fatigado,
mustias las alas,
hasta que pare
donde todas las cosas
paran y caen.
Caerán allí mis penas
y mi quebranto,
donde todas las cosas
hallan descanso;
do van unidos
a parar gavilanes
y pajarillos.