El pastor desesperado
Por aquel lirón arriba
lindo pastor va llorando;
del agua de los sus ojos
el gabán lleva mojado.
«Buscaréis ovejas mías
pastor más aventurado
que os lleve a la fuente fría
y os caree con su cayado.
¡Adiós, adiós, compañeros,
las alegrías de antaño!
Si me muero de este mal
no me enterréis en sagrado;
no quiero paz de la muerte,
pues nunca fui bien amado;
enterreisme en prado verde
donde paste mi ganado,
con una piedra que diga:
"¡Aquí murió un desdichado!
Murió del mal del amor,
que es un mal desesperado."»
Ya lo entierran al pastor
en medio del verde prado
al son de un triste cencerro,
que no hay allí campanario.
Tres serranitas le lloran
al pie del monte serrano.
Una decía: «¡ay, mi primo!».
Otra decía: «¡ay, mi hermano!».
Y la más chiquita de ellas:
«adiós, lindo enamorado,
mal te quise por mi mal,
siempre viviré penando».
Bibliografía
[editar]- Mendoza Gutiérrez, Vicente Teódulo (1939). El romance español y el corrido mexicano: estudio comparativo. p. 213. ISBN 9789683655585.