El profeta/Comiendo y Bebiendo
Comiendo y Bebiendo
Entonces un anciano, el dueño de una posada, dijo, «Háblenos de Comiendo y Bebiendo».
Y él dijo:
Que puedieras vivir bastado con la fragrancia de la tierra, y como una planta de la luz sustentarse por la luz.
Pero porque tienes que matar para comer, y robarles la leche de la madre a los jóvenes para saciar tu sed, entonces que sea un acto de adoración,
Y que tu mesa sea un altar en el cual los puros y los inocentes del bosque y campo son sacrificado por eso que es más puro y más inocente dentro de muchos.
Cuando matas a un animal, díle a él en tu corazón,
«Por el mismo poder que te mata, yo también soy matado; y yo también seré consumido. Porque la ley que me entrega a ti en la mano le entregará a mi en una mano más poderoso.
Tu sangre y mi sangre no es nada sino la savia que alimenta el árbol del cielo».
Y cuando aplastas una manzana con los dientes, díle a ella en tu corazón,
«Tus semillas vivirán en mi cuerpo,
Y los capullos de tu mañana florecerán en mi corazón,
Y tu fragrancia será mi aliento,
Y juntos nos regocijaremos por todas las estaciones».
Y en el otoño, cuando recoges las uvas de tu viña para el lagar, di en tu corazón,
«Yo también soy viña, y mis frutas serán recogido para el lagar,
Y como el vino nuevo yo será guardado en toneles eternos».
Y en el invierno, cuando sacas el vino, que haya en tu corazón una canción para cada taza;
Y que haya en la canción un recuerdo para los días del otoño, y para la viña, y para el lagar.