El profeta/La Amistad

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La Amistad

Y un mozo dijo, «Háblenos de la Amistad».

Tu amigo es tu necesidad resuelta.

Él es tu campo, el cual sembras con amor y cosechas con agradecimiento.

Y él es tu mesa y tu chimenea.

Porque a él vienes con tu hambre, y lo buscas para la paz.

Cuando tu amigo dice lo que piensa no tienes miedo del «no» en tu propia mente, ni ocultas el «sí».

Y cuando él está callado, tu corazón no deja de escucharle a su corazón;

Porque sin sus palabras, en la amisatad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las expectativas se nacen y se comparten, con alegría que no está retenida.

Cuando le despides a tu amigo, no te apenas;

Porque lo que quieres más en él puede ser más despejado en su ausencia, como la montaña para el alpinista es más nítida desde la llanura.

Y que no haya ningún propósito de la amistad salvo profundizar el espíritu.

Porque el amor que busca algo salvo la revelación de su propio misterio no es el amor sino una red echada: y sólo lo infructuoso es cogido.

Y que lo mejor de ti sea para tu amigo.

Si él tiene que saber el reflujo de tu marea, que él sepa su flujo también.

Porque, ¿qué es tu amigo que debes buscarlo con horas para matar?

Búscalo siempre con horas para vivir.

Porque es suyo llenarte tu necesidad, pero no tu vacío.

Y que en la dulzura de la amistad haya la risa, y el intercambio de placeres.

Porque en el rocio de las cositas el corazón halla su madrugada y es refrescado.