El sueño dulce
Apariencia
Ninguna como Rojana Por hermosa y hechicera, Sin ser madre, poseyera Los honores de sultana. Que el rostro de esta mujer Con la fuerza de agradar Da la ley, tras anular Las leyes que dio el poder. Tienen sus retretes frescos Marfil, coral, seda y grana, Paredes de porcelana Con dorados arabescos Y hermosos perfumadores, Cuya vagarosa nube Da su olor y al oro sube Del techo de mil labores. Cuando vierte noche fría Bálsamo y consolación Sobre el triste corazón Que el pesar mordió de día Las esclavas que allí moran La quitan vestido y lazos Sosteniéndola en sus brazos Como un ídolo que adoran. Y el tesoro de brillantes Que desciñen de su frente Vale una ciudad de Oriente Con cien torres arrogantes O una flota engalanada De los mares maravilla, O el alcázar de Sevilla O la Alhambra de Granada. Junto al bien mullido lecho La beldad de nieve y rosa Reclinó su faz hermosa Sobre su desnudo pecho. Como el ave, cuya gala Son las plumas de color, Que para dormir mejor Pone el cuello bajo el ala. Penetrando en este instante Por los vidrios transparentes Sin nubes impertinentes En el cándido semblante, La luna serena y grata Dio de adoración ejemplo Y al ídolo de aquel templo Bañó con su luz de plata. Con voz tierna que enamora, Voz que atrae con imán Como la lira de Ossián, Dijo a todas su señora: «¿Me diréis, esclavas mías, Por mis días »De placer y de ilusión, »Cuándo más dulce, halagüeño »Viene el sueño »Y adormece el corazón?» -«Para mí, dijo una griega, »Dulce llega »Después que oigo referir »Las historias de las hadas »Encerradas »En palacios de zafir »Y aquellas virtudes raras »De sus varas »Que daban el bien y el mal, Sus encantos y sus vuelos »A los cielos »Desde grutas de cristal.» -«Sueños que mi pecho adora, »Dijo Zora, »Me da el canto del bulbul »Cuando publicó su llama »Sobre rama »Que se mira en lago azul.» -«Oiga yo, dijo Zaira, »Blanda lira, »La cual me adormece bien, »Tras las danzas deliciosas »Entre rosas »En las fiestas del harén.» -«¡Ah...! no...: contestó Rojana »La sultana: »Solo aquel sueño es mejor »Que viene con la memoria »De la gloria »Que nos dio el primer amor. »Antes que al harén viniera »Prisionera »Fui querida de Ismael; »Amurat ora es mi dueño, »Mas mi sueño »Se hermosea con aquél.» Calló y en el mismo instante Sobre la pérsica alfombra Se dibujó larga sombra Con barbas y con turbante. -«¡Pérfida! una voz decía, »Tu boca te ha condenado; »Tu delito has confesado; »Jamás, jamás serás mía. »Yo sé cuál sueño es mejor; »Te daré sueño de muerte, »Sueño largo..., y de esa suerte »No tendrás sueños de amor.