El valle y el monte

Cuanta agua coge el valle
en sus honduras, mísero, la guarda;
la que en lluvia recibe el monte excelso,
generoso, a los prados la regala;
y, para hacer más noble el sacrificio,
se rasga las entrañas
y con la pura leche de sus fuentes
les da frescura y su verdor restaura.





¡Qué bien el valle pinta al egoísta,
y cómo el monte al bienhechor retrata!