El vestido de la inocencia
Apariencia
Sin duda inadvertida la inocencia,
en aciago momento,
su ropaje perdió de blanco armiño,
su joya de más precio.
Al mirarse sin él, de puerta en puerta
iba a todos pidiéndolo;
y tras mucho sufrir, y llorar mucho,
hizo benigno el cielo
que, venturosa, al fin se lo encontrara.
-«Y ¿quién se lo ha devuelto?
»¿La fortuna quizá?»-
-«No.»-
-«¿El poderío?»-
-«Nada estuvo más lejos.»-
-«¿Hallolo en brazos del placer?»-
-«Tampoco.»-
-«¿Del fausto?»-
-«No, por cierto.»-
-«Pues ¿quién le devolvió joyel tan puro?»-
-«El arrepentimiento.»-