En las almenas de Toro...
Apariencia
En las almenas de Toro, allí estaba una doncella, vestida de negros paños, reluciente como estrella; pasara el rey don Alonso, namorado se había de ella, dice: -Si es hija de rey que se casaría con ella, y si es hija de duque serviría por manceba. Allí hablara el buen Cid, estas palabras dijera: -Vuestra hermana es, señor, vuestra hermana es aquella. -Si mi hermana es, dijo el rey, fuego malo encienda en ella. Llámenme mis ballesteros, tírenle sendas saetas, y aquel que la errare que le corten la cabeza. Allí hablara el buen Cid, de esta suerte respondiera: -Mas aquel que la tirare, pase por la misma pena. -Ios de mis tiendas, Cid, no quiero que estéis en ellas. -Pláceme, respondió el Cid, que son viejas, y no nuevas; irme he yo para las mías que son de brocado y seda, que no las gané holgando, ni bebiendo en la taberna, ganélas en las batallas con mi lanza y mi bandera.