Enciclopedia Chilena/Folclore/Locera, La

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La Locera
Artículo de la Enciclopedia Chilena

Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-519/90
Título: La Locera
Categoría: Folclore


Locera, La.

Folk.

Con esta denominación genérica se conoce a la mujer que desempeña la artesanía de la greda.

Los objetos construídos por ella puede ser puramente decorativos, como sucede con las figurillas de Talagante; utilitarios propiamente tales, en el caso de la cerámica de Pilén; ambivalente o poseedores de las dos funciones anteriores, como ocurre con muchas cerámicas de Quinchamalí.

Constituye, por lo tanto, un tipo humano caracterizado por la práctica de un oficio. Este permite comprobar un aprendizaje empírico: una técnica eminentemente manual, basada en la tradición comunitaria del grupo artesanal; y resultados plásticos que reflejan el sello propio de una localidad, tanto en el uso de una materia prima, como en la temática, morfología y procedimiento de trabajo.

Su economía es, por lo general, de mera subsistencia, y los períodos de actividad están subordinados a la obtención de la arcilla, a las condiciones climáticas y a las disponibilidades de mercado.

Iniciada en su labor desde la infancia, como si fuese otra vasija, se van plasmando en ella rasgos físicos tan notables como la configuración espatuliforme del dedo pulgar de la mano maestra, a consecuencias de la presión y roce constantes que ejerce en su múltiple accionar. Psíquicamente se distinguen por la paciencia y tranquilidad de su conducta, por la segura ordenación de su sensibilidad y por su conciencia de creadora, en el sentido más simple de la palabra; influída, a no dudarlo, por la constante artesanal de su existencia; peculiaridades ausentes en las campesinas que, de un modo ocasional y por razones domésticas personales construyen recipientes de greda.

Si bien encontramos, por excepción, hombres que se dedican a este oficio, y casi siempre como ayudantes de las mujeres en ciertas etapas del proceso de elaboración, ellos no reciben el equivalente masculino de la voz locera, ni tampoco otro título determinado.

La dispersión geográfica de este tipo floklórico comprende todo el territorio nacional. Hemos visto loceras desde las pequeñas localidades de la precordillera de la provincia de Tarapacá, hasta las islas chilotas, descollando por su destreza y por la hermosura de sus obras, las de la zona central, que ostenta centros tan famoso con los de Florida, Cauquenes, Pomaire, aparte de los ya citadas anteriormente.

Sus atributos regionales son de real interés en el campo de la aplicación pedagógica y artística. Un buen aprovechamiento de los factores enunciados, no sólo tendría utilidad educacional y material, sino que redundaría en una correcta interpretación de este personaje, fruto de la confluencia étnica, social y técnica de lo ibérico con lo aborigen.