Enciclopedia Chilena/Partidos políticos/Comunista, Partido (1)

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Comunista, Partido
Artículo de la Enciclopedia Chilena

Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-2839/9
Título: Comunista
Categoría: Partidos políticos
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COMUNISTA[editar]

Partido político fundado por: Luis Emilio Recabarren, en 1912. Su fundador propuso denominarlo Partido Comunista, lo que fue aprobado en el III Congreso reunido en Rancagua, en 1922. Se acordó allí también la incorporación de la Tercera Internacional fundada por Lenín. Su programa es antiimperialista y antioligárquico.

La doctrina del partido Comunista chileno tiene por base los principios del marxismo-leninismo y la práctica del internacionalismo obrero. Lucha contra el peligro de la guerra y por una coexistencia pacífica entre los Estados con diferente régimen social; repudia el colonialismo, el fascismo y la discriminación racial; antisemita y lucha por la democratización de todos los aspectos de la vida nacional. Sin embargo, reconoce el derecho a usar las armas para defenderse de la agresión imperialista y a contar, en tal eventualidad, con la ayuda de otros pueblos. Fundamentalmente, sostiene la lucha de clases contra el imperialismo, para lo cual cada pueblo debe desarrollar su propio programa, de acuerdo a las circunstancias históricas, pero siempre en un plano de solidaridad internacional. Tres fuerzas se señalan para este objetivo: el sistema socialista mundial, la clase obrera internacional y el movimiento de liberación nacional, al cual ha incorporado en nuestro tiempo la acción organizada de las nuevas generaciones.

Uno de sus principales postulados es que "a fin de aislar y derrotar al imperialismo y a las oligarquías, se requiere la unidad de acción de todas las fuerzas populares y progresistas que estén en la oposición o con el Gobierno, en contra de las fuerzas reaccionarias, que existan en el Gobierno o en la oposición". Sostiene que las fuerzas motrices de la revolución son el proletariado, los campesinos, los estudiantes y vastos sectores de la pequeña burguesía y de la intelectualidad. Propicia, pues, una amplia política de unidad, de los sectores progresistas de la sociedad chilena, mirando más al presente y al porvenir que al pasado, pero sobre la base de una política antiimperialista y antioligárquica, en la cual es posible aun el diálogo entre cristianos y marxistas respecto a las cuestiones decisivas de nuestra época. En el aspecto internacional, ha expresado su solidaridad con todos los pueblos que enfrentan al imperialismo.

El comunismo chileno considera que la clase obrera es la principal fuerza revolucionaria, pero no solo tiene en cuenta su núcleo proletario minero-industrial, sino a todos los trabajadores de la ciudad y del campo que viven de un sueldo o de un salario, no importando cuál sea su denominación; incluye por lo tanto la gran masa de empleados particulares y públicos, maestros, profesionales, técnicos, trabajadores independientes, etc.

Su doctrina busca la transformación de la sociedad actual por medio de la unidad popular. El poder público debe estar integrado por todos los partidos y corrientes progresistas y revolucionarias y con acceso de representantes directos de las organizaciones del pueblo en los organismos de la estructura estatal. No acepta, por lo tanto, los regímenes presidencialista y parlamentarista tradicionales, sino que propone un gobierno democrático en que se especifiquen y coordinen las atribuciones y responsabilidades del presidente de la República. El pueblo debe elegir a sus representantes por sufragio universal, directo y secreto de los hombres y mujeres mayores de lo arios, civiles y militares, alfabetos o analfabetos. Debe haber una Cámara Única, entre cuyas facultades figuren las de designar al jefe del Estado, los ministros y los miembros de los tribunales superiores de justicia; los tribunales inferiores deben ser elegidos por votación popular. Las Asambleas Provinciales, elegidas por sufragio directo, con representación de los diversos sectores populares,tendrán amplias atribuciones para designar las autoridades regionales.

El comunismo chileno considera que en un régimen de gobierno popular y, más adelante, en las condiciones del socialismo, todas las corrientes ideológicas tendrán sus propios perfiles y todas las creencias religiosas serán respetadas. Reconoce el derecho de las minorías étnicas a disponer de suficiente tierra, la preservación y defensa de sus comunidades, el desarrollo de sus tradiciones y cultura autóctonas y la enseñanza en sus propias lenguas, además del español. La política de nacionalizaciones no afectará al pequeño ni al mediano industrial, comerciante o agricultor, pues concibe la revolución chilena como un movimiento de la clase obrera y del pueblo organizado que desplaza del poder a las actuales clases gobernantes, elimina o transforma el Estado burgués e introduce transformaciones de fondo en la estructura económica, social y política del país, abriendo camino al socialismo.

Para los comunistas el concepto de un Gobierno Popular es inseparable del respeto a las garantías individuales del régimen democrático, Pero como se han desarrollado, por razones históricas, diversas corrientes ideológicas, propician el trabajo en común de las tendencias, sectores y personas que estén de acuerdo con la unidad popular aunque sustenten pensamientos diferentes a la posición marxista-leninista. En este sentido, el entendimiento socialista-comunista, cementado en la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores, constituye la piedra angular de su política unitaria.