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Enciclopedia Chilena/Partidos políticos/Demócrata Cristiano, Partido (1)

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Demócrata Cristiano, Partido
Artículo de la Enciclopedia Chilena

Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-2839/10
Título: Demócrata Cristiano, Partido
Categoría: Partidos políticos
Desambiguación Existen otras versiones de este artículo en Demócrata Cristiano, Partido (desambiguación)


DEMOCRATA CRISTIANO.- Partido político constituído en 1957 por la fusión de la Falange Nacional (V) con el partido Conservador Social Cristiano (V). Su contenido doctrinario se fundamenta en las Encíclicas "Rerum Novarum" del Papa León XIII y "Quadragesimo Anno" del Papa Pío XI, pero ha incorporado también a su ideario la filosofía de Jacques Maritain.

Las Encíclicas Pontificias muestran el estado de indefensión en que se encuentran los obreros y declaran ineficaces al marxismo y al liberalismo para resolver la cuestión social, que debe encontrar su solución de justicia en los principios evangélicos. Adaptando estos fundamentos a la realidad de Chile y actualizándolos, se estableció el Programa de la Falange Nacional y, por ende, de la Democracia Cristiana.

El partido Demócrata Cristiano tiene por misión realizar una verdadera democracia, inspirada en el concepto cristiano de la vida, en la que el hombre pueda obtener su pleno desarrollo espiritual y materia. Proclama como fundamental los derechos de la persona humana y reconoce su naturaleza libre, su derecho a la educación, al trabajo y a la seguridad. Con estos postulados alienta la liberación de los trabajadores de la injusticia y el advenimiento da un mundo sin estratos sociales. Lucha por una democracia amplia, abierta a la masa popular, sin discriminaciones políticas, religiosas o de clases, en que sea efectiva la igualdad de derechos, oportunidades y deberes para todas las personas y grupos sociales. Condena toda clase de totalitarismo y toda clase de dictadura y reconoce el derecho de la democracia a preservar su estructura. Sostiene que el Estado debe promover la expansión de la economía de acuerdo con una planificación general que coordine las actividades particulares y públicas. El bien común debe regular el régimen de propiedad de modo que ésta, en sus formas individual y colectiva asegure el desarrollo de la persona, la familia y la sociedad. Impulsa, por lo tanto, el sistema de comunidad o el cooperativismo, respecto de los medios de producción que requieren el trabajo de muchos hombres, y reconoce al Estado el derecho y la competencia para promover aquellas empresas que excedan la capacidad particular o constituyen factores vitales de la economía. La propiedad agraria debe sobrepasar las formas vigentes de latifundio y minifundio, para vincular efectivamente a la tierra a los que trabajan en ella, para asegurar el mejor aprovechamiento de los suelos y de los recursos de la técnica moderna y garantizar la alimentación del pueblo.

Defiende a la familia como cédula básica de la sociedad y procura el fortalecimiento de sus vínculos, la dignificación de la mujer y el resguardo del porvenir de los hijos, para lo cual promueve el desarrollo más amplio de la educación en todos sus grados. Sustenta el derecho de los empleados, obreros y campesinos a organizarse en sindicatos, federaciones y confederaciones sindicales; desecha las tácticas extremistas como propias de una etapa ya superada del sindicalismo, afirmando que la organización sindical debe actuar libre de toda tutela estatal, partidista o patronal. Señala a los sindicatos las siguientes etapas: participación en las utilidades, co-gestión en la dirección de las empresas, co-propiedad da los medios de producción con la concurrencia del sector capitalista, y propiedad comunitaria en que todos los trabajadores sean dueños de todo el capital de una empresa determinada. Distante del comunismo y del capitalismo, es revolucionario en cuento quiere cambiar el estilo de la política y hacer profundas transformaciones en el orden existente. Pero su revolución no es violenta ni de fuerza, sino que pacífica y democrática, que se ha denominado "revolución en libertad".

Cree en la paz como orientadora de la vida internacional; defiende la autodeterminación de los pueblos y la igualdad jurídica de los Estados. Al propiciar el intercambio cultural y comercial entre todas las naciones, proclama la unidad de destino entre los pueblos latinoamericanos y lucha por su acercamiento e integración cultural, económica y política, como medio de cumplir su misión histórica.