Enciclopedia Chilena/Partidos políticos/O'Higginista, Partido
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O´Higginista, Partido
Artículo de la Enciclopedia Chilena
Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-2838/55
Título: O´Higginista, Partido
Categoría: Partidos políticos
PARTIDO O'HIGGINISTA[editar]El partido o bando denominado O'Higginista, formado en los primeros años de la independencia, más que partido político, es la expresión del caudillismo militar de la época. Fueron llamados O'Higginistas los parciales del general Bernardo O'Higgins, en oposición al bando Carrerino (V), que seguía la general José Miguel Carrera. En 1813, a raíz de la invasión militar enviada por el Virrey del Perú en contra de Chile, la Junta de Gobierno de Santiago había acordado reemplazar al General en Jefe del Ejército José Miguel Carrera, por el general O'Higgins, hecho que constituyó el primer paso hacia la enemistad de ambos generales y que contribuyó al deslindamiento de los bandos rivales. Esta situación se agravó cuando O'Higgins en 1814 desconoció la Junta de Gobierno presidida por Carrera y culminó con motivo de la Batalla de Rancagua. El grupo O'Higginista se formó especialmente a base de los oficiales de ejército que habían servido a sus órdenes. En Mendoza, a donde se expatriaron los chilenos después del desastre de Rancagua, este grupo fue cordialmente recibido por el Gobernador José de San Martín, a diferencia del grupo carrerino, que encontró abierta hostilidad. O'Higginistas y carrerinos continuaron en Mendoza sus rivalidades, provocando diversas situaciones difíciles. San Martín se vió obligado a ordenar la salida de los hermanos Carrera y de algunos de sus parciales para restablecer el orden y para terminar con la arrogancia del grupo carrerino. Los O'Higginistas colaboraron activa y eficazmente a la organización del Ejército Libertador de Mendoza; y, una vez obtenida la libertad de Chile, no fue raro por eso, que Bernardo O'Higginis fuese designado Director Supremo. Durante el gobierno de O'Higgins, el partido O'Higginista pudo gozar de gran poderío político, dado el régimen imperante. Los carrerinos fueron duramente perseguidos y no se permitió la entrada de los principales jefes. A su vez, los hermanos Carrera y sus parciales conspiraron permanentemente para derribar a O'Higgins y los suyos. Luis y Juan José Carrera fueron apresados cuando se dirigían a Chile pa ra hacer una revolución en contra de O'Higgins y, procesados en Mendoza, fueron allí fusilados. Más tarde, José Miguel Carrera siguió la misma suerte cuando, después de participar en varios hechos de armas en Argentina, pretendió pasar a Chile. Muertos los hermanos Carrera, el bando Carrerino se extinguió y los O'Higginistas pudieron ejercer el gobierno sin esta preocupación. Sin embargo, los hermanos Carrera y sus parciales siguieron pesando sobre la situación chilena, y el gobierno de O'Higgins vió alzarse en su contra una sorda protesta, pues se atribuían a él y a San Martín los fusilamientos. O'Higgins se vió obligado a abdicar en enero de 1823, presionado por un movimiento revolucionario y, más que nada, por el descontento popular. La muerte de los Carrera fue factor esencial en esta situación. Los principales personeros del Partido O'Higginista habían sido, hasta este momento, Juan Mackenna (muerto en Buenos Aires por Luis Carrera), Antonio José de Irisarri, Juan de Dios Vial, Andrés del Alcázar, Santiago Bueras, Ramón Freire, Pablo Vargas, José Ignacio Zenteno, José Antonio Rodríguez Aldea, etc. Derrocado del gobierno, O'Higgins se trasladó al Perú en compañía de su familia y asumió el mando el general Ramón Freire. Desde el momento que O'Higgins abandonó el mando, el grupo o'higginista adquirió relieves políticos definidos; tuvo por finalidad reponer en el mando a su caudillo y encaminó a esta finalidad todos sus esfuerzos, bajo la dirección de José Antonio Rodríguez Aldea, que había sido ministro de O'Higgins. La anarquía y el desgobierno que imperaron en la república contribuyeron poderosamente para que el bando o'higginista fuera incrementándose y tomando cuerpo en la opinión pública, que ansiaba nuevamente un gobierno fuerte. Pronto la opinión política estaba dividida en dos bandos: los o'higginistas, que deseaban el retorno de O'Higgins; y los anti o'higginistas, que se oponían a él. En este último bando se habían refundido los pipiolos, los federalistas y los restos carrerinos que aun sobrevivían. En las elecciones al congreso, realizadas en 1825, los o'higginistas obtuvieron un apreciable triunfo en Santiago, situación que los constituyó en árbitros de la situación y les dió ánimos para la obtención de sus propósitos. De inmediato concibieron la idea de reponer a O'Higgins en el gobier no y trataron de provocar una ocasión para ello. Con motivo de incidentes ocurridos en Valparaíso que el gobierno de Freire trató de reprimir, los congresales manifestaron su desacuerdo y terminaron por ordenar la suspensión del Director Supremo. No tuvieron la decisión de llamar de inmediato a O´Higgins; pero confiaban en que éste llegaría a Chile al mando de un destacamento de soldados colombianos que Bolívar había ofrecido para realizar una expedición a Chiloé. Freire, mientras tanto, ante el giro que tomaban los acontecimientos, se había dirigido al sur creyendo contar con las tropas de Concepción y de otras localidades. Sin embargo, la falta de decisión de los o'higginistas hizo recuperarse a sus adversarios. Freire regresó del sur y la revuelta fué definitivamente dominada. Como consecuencia de este fracasado intento, fueron apresados y desterrados los principales componentes Partido O'Higginista: Miguel Zañartu, Gaspar Marín, Joaquín Echeverría, José Antonio Rodríguez Aldea, Francisco de Borja Fontecilla, José Gregorio Argomedo, fray Justo María de Oro, Felipe Santiago del Solar, José María Palacios, José María Argomedo, Santiago Palacios, José Santiago Sánchez y Benjamín Viel. Muchos de ellos se dirigieron al Perú y allí tuvieron ocasión de entrevistarse con O´Higgins, a quien pintaron en la forma más sombría el panorama de Chile. Le expresaron que bastaría su presencia para que Freire fuera derrotado. O´Higgins, en verdad, no aspiraba a recuperar el mando y se había resistido a participar en los propósitos de sus parciales; pero las razones de interés público que se le hicieron valer, lo decidieron a tomar también parte en estas actividades y despachó algunas cartas hacia Chile. Entre las cartas enviadas por O´Higgins había una dirigida al gobernador de Chile, coronel José Santiago Aldunate, que envió con su hermano Pedro Aldunate. La carta no aludía a ninguna revolución; pero Pedro Aldunate llevaba el encargo de persuadirlo para que se iniciara el movimiento en Chiloé, proclamándose allí a O´Higgins como Director Supremo, para que el resto de la República siguiera el ejemplo. En Chiloé, el coronel Aldunate se negó terminantemente a encabezar la rebelión; pero la encabezó, en cambio, el Sargento Mayor Manuel Fuentes, que era decidido o'higginista. Reunió una asamblea que declaró la independencia de Chiloé y reconoció a O´Higgins como jefe supremo del Estado (mayo de 1826). El movimiento no prendió en el país. No había, en realidad, entusiasmo por O´Higgins, y los principales jefes o'higginistas se encontraban confinados o desterrados. Los rebeldes de Chiloé fueron pos teriormente sometidos; y, como secuela, se adoptaron diversas represalias en contra de O´Higgins y de los o'higginistas. Diversas otras tentativas realizaron los o'higginistas para reponer a su caudillo en el mando, en combinación, a veces, con federalistas o con estanqueros y dirigidos por Rodríguez Aldea; pero no tuvieron éxito. Con el advenimiento de Portales al gobierno que, incluso, se opuso al regreso de O´Higgins al país, esta situación prácticamente terminó y el bando o'higginista no reapareció en el escenario político. Bibliografía[editar]
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