Escala de amor
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Estando triste, seguro, mi voluntad reposaba, cuando escalaron el muro do mi libertad estaba. A escala vista subieron vuestra beldad y mesura, y tan de recio hirieron, que vencieron mi cordura. Luego, todos mis sentidos huyeron a lo más fuerte, mas iban ya mal heridos con sendas llagas de muerte; y mi libertad quedó en vuestro poder cautiva; mas gran placer hube yo desque supe que era viva. Mis ojos fueron traidores, ellos fueron consintientes, ellos fueron causadores que entrasen aquestas gentes; que el atalaya tenían, y nunca dijeron nada de la batalla que vían, ni hicieron ahumada. Después que hubieron entrado, aquestos escaladores abrieron el mi costado y entraron vuestros amores; y mi firmeza tomaron, y mi corazón prendieron, y mis sentidos robaron, y a mí sólo no quisieron. FIN ¡Qué gran aleve hicieron mis ojos y qué traición: por una vista que os vieron, venderos mi corazón! Pues traición tan conocida ya les placía hacer, vendieron mi triste vida y hubiera de ello placer; mas al mal que cometieron no tienen excusación: ¡Por una vista que os vieron, venderos mi corazón!