Diferencia entre revisiones de «Balada nupcial»

De Wikisource, la biblioteca libre.
Contenido eliminado Contenido añadido
-prose, +encabe
Línea 1: Línea 1:
{{encabe
{{TextQuality|75%}}
|titulo=[[../|Poemas]]
{{encabezado con notas|[[Poemas (Edgar Allan Poe)]] <br/> Balada nupcial|Edgar Allan Poe|<small> En esta transcripción se ha respetado la ortografía original. Traducción de [[Alberto Lasplaces]].</small>}}
|autor=Edgar Allan Poe

|anterior=[[../La durmiente|La durmiente]]
__NOTOC__
|sección=Balada nupcial
<div class="prose">
|próximo=[[../El Coliseo|El Coliseo]]
}}
{{Texto|Poemas Edgar A. Poe.djvu/43|from=parte1}}
{{Texto|Poemas Edgar A. Poe.djvu/43|from=parte1}}
{{Texto|Poemas Edgar A. Poe.djvu/44|to=parte1}}
{{Texto|Poemas Edgar A. Poe.djvu/44|to=parte1}}

</div>
__NOEDITSECTION__


[[Categoría:ES-B]]
[[Categoría:ES-B]]

Revisión del 01:20 1 ago 2011

← [[../La durmiente|La durmiente]]
[[../|Poemas]]
de Edgar Allan Poe
Balada nupcial
[[../El Coliseo|El Coliseo]] →

ma de los estandartes funerarios bordados con las armas, de su ilustre familia;—alguna tumba lejana y aislada contra la portada de la cual ella haya en su infancia lanzado tantas piedras ociosas;—algún sepulcro cuya puerta sonora no le devuelva jamás nuevos ecos, a ella, pobre hija del pecado, que en otro tiempo se estremecía al pensamiento de que fueran los muertos quienes le respondiesen gimiendo!

1845.

BALADA NUPCIAL

El anillo está en mi dedo y la corona sobre mi frente; he aquí que poseo rasos y joyas en abundancia, y en el presente instante soy feliz.

Y mi Señor me ama bien; pero la primera vez que pronunció su voto sentí estremecerse mi pecho, porque sus palabras sonaron como un toque de agonía y su voz se parecía a la de aquel que cayó durante la batalla en el fondo del valle, y que es dichoso ahora.

Pero habló de modo de tranquilizarme y besó mi frente pálida. Entonces un delirio vino y me transportó en espíritu al cementerio. Y pensando que mi Señor era el difunto Elormie, suspiré por él que estaba delante de mi: ¡oh yo soy dichosa ahora!

Así fueron pronunciadas las palabras, y así fué empeñado el juramento. Y aunque mi fé se haya apagado, y aunque mi corazón llegue a quebrarse, he ahí la dorada prenda que prueba que soy dichosa siempre.

¡Quiera Dios que pueda despertar! Porque sueño no sé cómo. Y mi alma se agita dolorosamente en el temor de haber hecho mal, en el temor de llegar a saber que el muerto abandonado no es feliz ahora.

1845.

EL COLISEO

¡Símbolo de la Roma antigua! ¡Suntuoso relicario de sublimes contemplaciones legadas al tiempo por difuntos siglos de pompa y de poderío!! Al fín, después de tantos días de fatigante peregrinaje y de ardiente sed,—sed de corrientes de la ciencia que yace en ti,—yo, hombre transformado, me arrodillo humildemente en-