Esporo, ese poder, esa grandeza
Apariencia
Esporo, ese poder, esa grandeza con que el hado burlón te engolosina, si añagazas no son a tu ruina, serán castigo a la mortal vileza. Tú encenagado en súbita riqueza te huelgas torpe en su engañosa ruina: ¿A tanto el cielo tu idiotez empina? O la nuestra peligra, o tu cabeza. No es Dios injusto, no: jamás consiente gloria al malvado; ni elevado empleo sin causa al necio permitir le plugo. Tu grandeza es patíbulo eminente; si a tu cima no subes como reo, subes, ¡mira qué honor! como verdugo.