Fragmento inédito de La divina comedia
Apariencia
Vimos los laberínticos senderos interiores
—ideas como larvas y monstruos roedores—:
toda la fauna y flora que nutren el Espanto
y la Locura...
El aire sabía a sangre y llanto.
Y llegamos al círculo postrer de condenados,
y yo dije:
—Maestro: ¿y esos puños crispados?
¡Y esos ojos de vértigo cuya mirada brilla
como la del felino que guarda su caverna?
¿Y aquella faz exangüe de fiebre y pesadilla?...
Y Él: —Es un buscador de la Verdad Eterna.