Gaceta del Salvador/Tomo 4/Número 56
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Parte Oficial
[editar]Acuerdos
[editar]Casa de Gobierno: Cojutepeque, Mayo 13 de 1854.
Considerando: que la escasez de granos para la mantencion de las clases pobres ha sido ya bastante notable, y que con la reaparicion de la langosta, precisamente en el tiempo de las siembras, aumentará todavia mas la penuria de los abastos; considerando igualmente que es de perentoria y urjente necesidad que el Gobierno procure por su parte evitar la calamidad del hambre en las clases menesterosas, ha tenido á bien acordar: 1.º que se prevenga á los Gobernadores departamentales que manden sembrar en abundancia en todos los pueblos de sus respectivas comprehensiones, el trigo, maiz y frijol, así como papas, yucas, camotes, y demas raices de esta clase ménos espuestas á la voracidad de la langosta: 2.º que de los fondos de propios de cada municipalidad se tomen en calidad de empréstito aquellas cantidades que no estén destinada á algun gasto de primera necesidad, y no su producto, se compren granos donde los haya mas baratos, asi para semilla como para vender á los pobres al costo y costos, hasta que la mayor escasez haya pasado, y devolver entónces los fondos á las respectivas municipalidades: 3.º que los mismos Gobernadores ecsiten á los vecinos ricos de sus Departamentos á fin de que asociados emprendan el tráfico de la importacion de víveres, vendiéndolos á un precio en que se consilie lo que demanda la pobreza del pueblo con un módico interes para los empresarios.—(Rubricado.)
Casa de Gobierno: Cojutepeque, Mayo 18 de 1854.
Informado el Sr. Presidente de las dificultades que se pulsan en las compras y ventas por menor y en los enteros y pagos de las administraciones de rentas, á causa de la repugnancia de algunas personas para recibir monedas lejítimas, y de la circulacion de otras que son falsificadas, ha acordado: que por el órgano correspondiente se recuerde á las autoridades subalternas el ecsacto y puntual cumplimiento de lo dispuesto en el Decreto lejislativo de 18 de Diciembre de 834, cuya articulacion en lo conducente se insertará á continuacion, publicándose por duplicado en la Gaceta oficial.—(Rubricado.)
„Artículo 3.º--Se prohibe la circulacion de moneda de cobre, laton, estaño, hierro, ó cualquier otro metal que no sea oro ó plata.
Art. 4.º--En todas las oficinas de hacienda se partirán por la mitad las monedas que resuelten falsas al verificarse los enteros que se hagan en ellas, y se devolverán las piezas rotas al enterante. Si equivocadamente se pariese alguna que fuese de plata, abonará la Hacienda pública su importe al interesado.
Art. 5.º--Se partirá asi mismo por la mitad, toda moneda falsa que se presente en los juzgados de 1.ª Instancia de las cabeceras de Departamento y de distrito, y se devolverán igualmente las piezas al tenedor de ellas.
Art. 6.º--Para que lo dispuesto en el artículo anterior tenga efecto habrá en los mismos juzgados un platero conocidamente honrado, quien reconocerá la moneda á presencia de los jueces, y la que estos y aquel califiquen de falsa, será partida por el primero en los juzgados y no en otro lugar.
Art. 7.º--Los Jefes políticos de Departamento nombrarán á los plateros de que habla el artículo precedente asignándoles un sueldo mensual que no pase de 20 pesos.
Art. 9.º--Todo habitante del Estado, podrá presentar á los jueces la moneda falsa para su destruccion.
Art. 10.--Los Jefes políticos, los Jueces de 1.ª Instancia, y los Alcaldes constitucionales, son obligados á perseguir con todo el rigor de las leyes á los falsificadores ó introductores de la moneda falsa.--Siempre que estos funcionarios disimulen á los falsificadores, ó de alguna manera no obren contra ellos conforme á las leyes, se les aplicará una multa á arbitrio del Gobierno que no baje de diez pesos ni esceda de doscientos.
Art. 11.--A toda persona que denuncie á los falsificantes ó introductores de moneda falsa, pagará la Tesorería jeneral la gratificación de cien pesos por toda denuncia, inmediatamente que acredite con certificacion del juez que conoce en la causa haberse hecho tal denuncia y resultado cierto.”
Ministerio jeneral del Supremo Gobierno del Estado del Salvador.--Cojutepeque, Mayo 22 de 1852.--Al Ilustrísimo Señor Obispo.
Habiendo salvado la Providencia Divina á la mayor parte de la poblacion de San Salvador en la aciaga noche del 16 del próximo pasado; y teniendo que lamentarse la pérdida de algunos pocos que perecieron en los escombros de aquella arruinada Ciudad, el Sr. Presidente ha dispuesto que el domingo próximo se celebre con toda solemnidad el Santo sacrificio de la misa en accion de gracias al Todopoderoso, y así mismo que el lúnes siguiente se celebre una misa de difuntos por el eterno descanso de los que prerecieron en la ruina: y no dudando de que su Señoría Ilustrísima, contribuirá gustoso á dar la solemnidad debida á tan piadosos actos, he recibido órden del mismo Sr. Presidente para dirijirle la presente escitativa á fin de que se sirva su Señoría celebrar de Pontifical en los dias indicados, para que los votos y oraciones de los Salvadoreños sean mas aceptables y mas gratos á Dios, siendo dirijidos en union de los de su virtuoso Prelado.
Al cumplir con la órden del Sr. Presidente me cabe la honra de ofrecer á su Señoría mis respetos suscribiéndome su atento y humilde servidor.--D. U. L.
Nombramiento
[editar]El Sr. Presidente teniendo conocimiento de que el Sr. Licenciado Don Ignacio Gomez, hijo de este Estado hizo desde el mes próximo pasado renuncia de la plaza de Majistrado Fiscal de la Corte de Justicia de Guatemala, y de que ésta dimision le ha sido admitida; teniendo presentes las capacidades del Sr. Gomez, y los buenos servicios que en Roma, los Estados Unidos, y en el mismo Guatemala ha prestado en diversas épocas á su Estado nativo, ha tenido á bien nombrarle Ministro de relaciones de este Gobierno, siendo en consecuencia de esperar que dicho Sr. se presente dentro de breves dias en esta capital á desempeñar la cartera dicha, y de que ha estado encargado interinamente el Sr. Secretario de hacienda y guerra.
Parte No Oficial
[editar]La Gaceta
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Interior
[editar]Del Cura Rector del Sagrario.—Barrio de Candelaria de la arruinada Ciudad del Salvador, Mayo 13 de 1854.—Al Illmo. Sr. Obispo de Antigona D. Tomas Miguel Zaldaña, Vicario Apostólico de esta Diócesis.
„Es de mi deber, el informar á US. I. de las disposiciones que en las presentes circunstancias, he tomado, con respecto á lo que aun existe en la Santa Iglesia Catedral; y tal es el objeto de la que, á la vez dirijo á US. I. oficialmente.
„Acompañé al Exelentísimo Sr. Presidente del Estado en el reconocimiento que hizo del lugar que los primeros Sres. Comisionados, le recomendaron, para edificar en él la nueva Capital; y como este fue hácia el Sur, mi primer pensamiento fué el de hacer conducir el órgano, los retablos, la gran cómoda y demas, á la Iglesia de Huizúcar, que sobre no haber padecido mucho, estaria mas inmediata al local, que á juicio de los esploradores, era el mas adecuado al efecto; pero el que presentaron, no mereció la aprobacion del Excelentísimo Sr. Presidente, ni llenó los deseos de los que acompañando á su Exelencia, buscamos con ahinco, en donde verificar la traslacion. Mas al regreso, y con una alegria semejante á la que manifestaron los hijos de Israel al descubrir la fecuna tierra que Dios les habia prometido, vimos el llano de Santa Tecla, y en él se fijaron las esperanzas de todos, por razones que no creo del caso referir; y como es probable que no sea otro el lugar que designe” el Supremo Gobierno, varié de proyecto y resolví trastejar la Santa Iglesia Catedral, que á pesar de haber padecido mucho, es el único templo que ofrece mas seguridad, y dejar dentro de él, no solo lo que contiene sino todo lo de las demas Iglesias, una vez que ya están fuera de peligro, los ornamentos, las imájenes y las alhajas de oro y plata”.
„En la hermosa planicie, pues, de Santa Tecl, edificaremos, Ilustrísimo Sr., al Divino Salvador, su Tabernáculo. Yo lo iniciaré, y moriré envidiando la suerte de aquel, que tenga la dicha de concluirlo. Por ahora, me empeño en formar una hermita de teja en la plaza mayor para celebrar, bautizar, y administrar los demas sacramentos. Al intento, ayer con mucho trabajo y no menos peligro, hice bajar todas las campanas, y aunque sea sobre horcones, formaré hoi un campanario y haré conducir á el las de las Iglesias de Santo Domingo, San Francisco y la Merced que están en el suelo, dejando en sus respectivas Iglesias las de los barrios del Calvario, Candelaria, Remedios, San Estévan, Concepcion, San José y Santa Lucía. Las Iglesias de los dos primeros, se están ya componiendo.
„He escrito esta, sobre un pequeño banco, y con mal recado: hago á US. I. saber esta circunstancia, para que disimule sus defectos. So de US. I. tan respetuoso como afectísimo servidor y capellan, que B. S. M.”
Del Cura Rector del Sagrario.—Barrio de Candelaria de la arruinada Ciudad del Salvador, Mayo 14 de 1854.—Al Illmo. Sr. Obispo, Vicario Apostólico de esta Diócesis, Dn. Tomas Miguel Pineda Zaldaña.
„Las circunstancias, me obligan á la vez á hablar sobre ciertos objetos, de que yo he tenido bastante cuidado de no tocar antes de la ruina. Es, pues, el caso, que los habitantes de los barrios de esta arruinada Ciudad estan regresando en términos, que en las calles y en las plazas, se ven muchos de los que, acostados del hambre, en otros puntos, han vuelto á sus hogares, en donde encuentran el modo de subsistir que antes tenian establecido. En las misas que ha habido hoi, se ha notado esto mucho mas; por lo que juzgo indispensable, el hacer una Iglesia de madera, de cincuenta varas, en la plaza mayor, lo mas decente que sea posible; y como las de San Francisco, Santo Domingo y la Merced, tienen pilares y otras maderas de que se puede hacer uso, solicito, el fiat de US: I., para estraerlas, y ocuparlas en aquel objeto. El razonable proyecto de traslacion, la pobreza, y ademas, el temor de reedificar Iglesias, en un lugar que, periódicamente amenaza ruina, alejan para siempre las esperanzas que de otra suerte pudieran concebirse de volver á ver, tal cual estaban, los templos referidos. Sus maderas, pues, se perdieran pudriéndose sobre sus paredes convertidas en grandes fangos que ocasionarán las aguas, y creo mejor, emplearlas en el nuevo templo, que me es fácil edificar pronto, y que servirá de Parroquia y aun de Catedral provisional á este gran pueblo que no abandonará sus fincas, aun en el caso, que se verifique la traslacion, ó formacion de la nueva Capital en Santa Tecla. Ruego por tanto á US. I. se digne resolver pronto, sobre mi solicitud; porque el trazo de la Iglesi de que he hablado, debe hacerse, con vista de los materiales con que se pueda contar; y ojalá que en defecto de los pilares que pido, se me concediesen por el Supremo Gobierno, los de la Universidad que corren igual peligro. Soi de US. I. tan atento como afectuoso servidor y Capellan Q. B. S. M.”
Rasgo de beneficencia
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Reproducciones
[editar]“Traslacion de la ciudad de San Salvador.--Segun las últimas noticias de aquel Estado, que alcanzan al 12 del corriente, el Sr. Presidente San Martin habia regresado á Cojutepeque, residencia actual del Gobierno, despues de haber reconocido algunos puntos propuestos para trasladar la capital. Nos será permitido hacer unas indicaciones sobre el particular, movidos del vivo interes que nos inspiran aquellos habitantes en el conflicto en que se encuentran, y poniéndonos en su caso, como si nosotros mismos tuviésemos que tomar una resolucion.
Nuestra opinion seria que no se abandonase enteramente la ciudad arruinada, y que escojéndose entre los pueblos inmediatos el que ofrezca mayores ventajas, y en el que hayan sido menores los estragos de los terremotos, se procurase fijar en él la poblacion dispersa, para que fuese construyendo sus habitaciones, utilizando los escombros de la ciudad. El apego natural al suelo donde se ha nacido; el aprovechamiento de muchos valores, que de otro modo se perderian del todo; la conservacion de las haciendas, chacras, y demas propiedades que rodeaban la ciudad, serian circunstancias que facilitarian la empresa, harto costosa, de levantar una poblacion desde sus cimientos. Comprendemos mui bien que el terror causado por tan grande la ruina de la Antigua Guatemala, el deseo de alejarse cuanto mas sea posible, de un lugar que al parecer ha amenazado hundirse; pero cuando el tiempo fuese disipando aquel temor, se deploraria, acaso, como ha sucedido aqui, el haber abandonado un lugar querido, con todos los valores que aun contienen sus ruinas. Por otra parte, débe tomarse en cuenta la fatalidad de los tiempos para no hacerse ilusiones sobre la posibilidad de obtener medios para empresa tan vasta, como es la fundacion de una ciudad enteramente nueva.
Reunida la poblacion en un lugar inmediato á la antigua capital, el Gobierno podria permanecer en Cojutepeque y el Sr. Presidente animar de tiempo en tiempo con su presencia los trabajos de reedificacion. Mas adelante, y cuando la confianza se hubiese restablecido, podria destinarse la cantidad conveniente de los fondos públicos para levantar los edificios necesarios al establecimiento del Gobierno, al derredor de los cuales se agruparia sin duda la poblacion, formándose asi, con el trascurso del tiempo, la nueva capital. Indicamos estas ideas en el vivo interes que nos anima, y con el deseo de que puedan ser de alguna utilidad.
Esterior
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