Gracias al cielo doy que ya del cuello
Soneto XXXIV
[editar]Gracias al cielo doy que ya del cuello del todo el grave yugo he sacudido, y que del viento el mar embravecido veré desde lo alto sin temello; Veré colgada de un sutil cabello la vida del amante embebecido en su error, y en su engaño adormecido, sordo a las voces que le avisan dello. Alegraráme el mal de los mortales; mas no es mi corazón tan inhumano en aquesta opinión como parece, porque yo huelgo, como huelga el sano, no de ver a los otros en aquellos males, sino de ver que dellos él carece.