Artículo 13°. El Himno del Estado Monagas es el canto patriótico a Maturín con que los venezolanos de esta porción de la república expresan la grandeza de su territorio y el heroísmo de sus hijos; y está constituido por el poema y la música adoptados por el Ejecutivo de esta Entidad Federal, mediante Decreto del 24 de octubre del año 1910, siendo la letra del poeta Ildefonso Núñez y la música del profesor Carlos Mohle, Artículo 14°. La enseñanza del Himno es obligatoria en todos los institutos educacionales que funcionen en este Estado.
Artículo 15°, El Himno del Estado se tocará en los casos siguientes:
1.- En los actos públicos oficiales que presida el Gobernador del Estado 0 el que se encuentre encargado del Poder Ejecutivo.
2.- En la instalación y clausura de las sesiones del Consejo Legislativo del Estado y de los Concejos Municipales. 3.- En los actos oficiales de solemnidad.
4.- En los actos públicos que se lleven a efecto para conmemorar fiestas del Estado
5.-En actos especiales de homenaje a ciudadanos meritorios y por acuerdo del Consejo Legislativo 0 de su Comisión Delegada.
6.- En actos de instituciones gremiales 0 culturales que así lo deseen, donde esté presente el Gobernador del Estado.
Artículo 16°. El Ejecutivo del Estado hará las impresiones necesarias de la letra y música del Himno del Estado y por Resolución Especial, declarará oficial dicha edición, haciéndola distribuir a todas las oficinas públicas e institutos educacionales.
Coro:
Por la patria, haya toques de diana;
por la patria, resuene el clarín;
Y conserve la paz siempre ufana
de su historia, la fiel Maturín.
Y conserve la paz siempre ufana
de su historia, la fiel Maturín.
I
Maturín, tus llanuras y vegas,
altas cumbres y bosques umbríos,
tus hermosas palmeras y ríos,
son de dicha tu gran porvenir.
Ignorada del mundo, tú eres,
lo que expresa orgulloso tu escudo:
"haz de bienes y gloria que pudo
tu derecho a ser libre reunir".
II
De Monagas el nombre que llevas
Maturín, otros mil enaltece:
fue tu hijo preclaro y merece
que Ribas, Bermúdez y Piar.
Entre todos resaltan aquellos
que con Sanz, Paz Castillo y Zaraza,
por el timbre debido a tu raza,
fueron héroes de ella a la par.
III
Cinco acciones campales libraron:
tres de gloria, las otras de duelo;
y en todas le cupo a tu suelo
el renombre, la fama, el honor.
Jamás quiso rendirse tu plaza
al feroz español, al canario,
ni al de América, vil mercenario
que, sirviéndole al rey, fue traidor.
IV
De tus propias cenizas alzada,
como el fénix tornaste a la vida:
y ya puedes del lampo atraído,
a más altos destinos volar.
Alas tienes: las armas guerreras
vuelve un hacha, un arado, una sierra,
y veras que tus hijos la tierra
pan les brinda, ventura y hogar.