Alto la fama pregona
mis gloriosas tradiciones
la opulencia de mi zona
la virtud de mis varones.
I
Dominaba la España invasora
mis extensas y ricas comarcas
repletando, insaciable, sus arcas
con la savia vital de mi flora.
El soberbio castillo almenado
que en el Puerto Cabello se ostenta
fue construido con oro esquilmado
a mi zona feraz, opulenta
II
A tal punto llegó la crueldad
que mi pueblo con voz varonil
en la fecha gloriosa de abril
entusiasta gritó: ¡LIBERTAD!
Yo no quise acatar la Regencia
y firmé con patriótico empeño
aquella acta en que el pueblo avileño
con orgullo exclamo: ¡Independencia!
III
De Bolívar la fúlgida estrella
con denuedo mis hijos siguieron
y mis fueros sagrados hubieron
en aquella sangrienta epopeya;
persiguiendo al audaz español
mis guerreros en triunfo llegaron
al Perú que tambien libertaron
¡donde tuvo sus templos el SOL!
IV
El progreso, esplendente fanal
con su mágica luz ilumina
la semilla del bien que germina
en mi hermoso jardin tropical;
elementos contengo, prolijos,
honra y prez de mi noble existencia;
en la paz, en la guerra, en la ciencia,
¡porque en todo culminan mis hijos!