Historia II:Paz de Cambrai
Francisco I envió un ejército a Italia. Carlos no tenía dinero para sostener el suyo. Las tropas francesas recobraron el Milanesado, atravesaron Italia y llegaron hasta el reino de Nápoles; pero una epidemia las diezmó, y otra vez los franceses fueron arrojados de Italia (1528).
Carlos V tenía entonces bastante que hacer para defender Alemania contra los turcos. El ejército del sultán, remontando el valle del Danubio, invadió Austria y puso sitio a Viena (1529). Carlos se decidió a hacer la paz. Renunció a reclamar la Borgoña y devolvió los hijos de Francisco I mediante una gruesa suma. El rey de Francia prometió no hacer nada contra el emperador en Francia ni en Alemania, es decir, que abandonó a los príncipes con los cuales se había aliado. Tal fué el tratado de Cambrai (1529).
Carlos V fué entonces dueño de Italia; ningún príncipe italiano osó resistírsele. Fué a Roma a que el Papa le coronase emperador.
Durante algunos años Francisco I siguió los consejos de su favorito, el duque de Montmorency, que le animaba a obrar de acuerdo con Carlos V para acabar con los protestantes. Ya no hubo otra guerra entre ellos.