Historia XV:Tratados de Utrecht

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Historia XV:Guerra de Sucesión de España
Capítulo 15 – Política exterior de Luis XIV
Tratados de Utrecht​
 de Charles Seignobos


La reina Ana se había indispuesto con su amiga Sara, duquesa de Marlborough, y había nombrado ministros que deseaban hacer la paz.

Un día (enero de 1711), Torcy, ministro de Estado de Francia, vió llegar a un abate francés establecido en Inglaterra, que le dijo: «Os traigo el medio de encontrar la paz sin los holandeses» .—Torcy aceptó con afán.

Se empezó a tratar en secreto con el Gobierno inglés, y pronto se decidió hacer la paz a pesar de los holandeses y del príncipe Eugenio. El emperador José I acababa de morir (abril de 1711), y le heredaba su hermano, el archiduque Carlos. Los ingleses habían combatido últimamente para impedir que se reunieran las monarquías española y francesa, y no querían que se reunieran los españoles y los austriacos. Cesó, por tanto, la guerra entre Francia e Inglaterra (1711).

Se reunió un Congreso en Utrecht, en las Provincias Unidas (enero de 1712), para discutir las condiciones de la paz. El príncipe Eugenio, con 120.000 hombres, siguió avanzando en Francia. Quería ir a Paris por el valle del Oise. Villars fué a detenerle con un ejército menos numeroso. Atacó su campo atrincherado en Denain y le obligó a retirarse.

La victoria de Denain (1712) decidió a los holandeses a negociar. Se hizo la paz entre Francia y todos sus adversarios, excepto el emperador.

Para resolver al emperador a seguir el mismo camino, hubo que emprender otra campaña en el Rin (1713). Tras de lo cual el emperador firmó el tratado de Rastatt con Francia. Pero no quiso tratar con Felipe V, a quien se negaba a reconocer rey de España.

Los tratados de Utrecht arreglaron definitivamente la sucesión de España. Los dos competidores se repartieron la herencia.

Felipe V conservó España y las colonias, y renunció a todos sus derechos a la corona de Francia. Los reinos de España y de Francia no habían de reunirse nunca.

Carlos, nombrado emperador, obtuvo todo el resto de la herencia, los Países Bajos, el Milanesado, el reino de Nápoles y Cerdeña.

Sicilia fué separada y se dió al duque de Saboya, que tomó el título de rey. Pronto había de cambiarla por Cerdeña.

Inglaterra, que había concedido la paz, tuvo todo lo que pidió. —España le cedió Gibraltar y la isla de Menorca.— Francia le cedió en América la Acadia y Terranova. Prometió expulsar al pretendiente hijo de Jacobo II. Se comprometió a demoler las fortificaciones y a destruir el puerto de Dunkerque.

Francia conservaba todas sus conquistas, pero salía agotada de la guerra y había dejado de ser la Potencia dominante en Europa. —Inglaterra venía a ser una gran Potencia militar y marítima.— Austria se ensanchaba con la Hungría reconquistada a los turcos y posesiones tomadas a España. Venía a hacerse una gran Potencia. Ambas equilibraban entonces a Francia.



Capítulo XV