Hombre mortal mis padres me engendraron
Apariencia
- Soneto XLVIII
Hombre mortal mis padres me engendraron, aire común y luz los cielos dieron, y mi primera voz lágrimas fueron, que así los reyes en el mundo entraron. La tierra y la miseria me abrazaron, paños, no piel o pluma, me envolvieron, por huésped de la vida me escribieron, y las horas y pasos me contaron. Así voy prosiguiendo la jornada a la inmortalidad el alma asida: que el cuerpo es nada, y no pretende nada. Un principio y un fin tiene la vida; porque de todos es igual la entrada, y conforme a la entrada la salida.