Ideal blanco en estandarte rojo
La revolución no es un sueño de sangre; ni es una fantasía de bruto: es el arado del obrero consciente que abre muy hondo surco para el blanco ideal que se desgrana de la espiga libertaria.
Desearla no es amar la matanza: es querer la libertad sin espantarse del miedo para conseguirla.
Sin lengua de mendigo para pedir, hay que tener cerebro y brazo para conquistar.
¿La Civilización? ... Esa, combate. No es la Legión Tebana recibiendo la muerte de rodillas, con los ojos estúpidamente fijos en el cielo.
A cada cual lo suyo; cada ser humano en posesión de sus derechos; la justicia y la razón solidarizándose a los hombres; la tiranía es imposible; el es Ideal, que necesita para ser un hecho flotar en la bandera roja de la acción rebelde y pasearse sobre la ruina material del despotismo.
Los que se asustan de la brutalidad de nuestro esfuerzo, o son convenencieros o pobres neurasténicos.
Práxedis G. Guerrero
Regeneración, N° 25 del 18 de Febrero de 1911. Los Angeles, California.