Injuria el poeta al amor
<poem> Amor, con flores ligas nuestros brazos; los míos te ofrecí lleno de penas, me echaste tus guirnaldas más amenas, secáronse las flores, vi los lazos, y vi que eran cadenas.
Nos guías por la senda placentera al templo del placer ciego y propicio; yo te seguí, más viendo el artificio, el peligro y tropel de tu carrera, vi que era un precipicio.
Con dulce copa, al parecer sagrada, al hombre brindas, de artificio lleno; bebí; quemóse con su ardor mi seno; con sed insana la dejé apurada y vi que era veneno.
Tu mar ofrece, con fingida calma, bonanza sin escollo ni contagio; yo me embarqué con tan falaz presagio, vi cada rumbo que se ofrece al alma, y vi que era un naufragio.
El carro de tu madre, ingrata diosa, vi que tiraban aves inocentes; besáronlas mis labios imprudentes, el pecho me rasgó la más hermosa y vi que ran serpientes.
Huye, Amor, de mi pecho ya sereno, tus alas mueve a climas diferentes, lleva a los corazones imprudentes cadenas, precipicios y veneno, naufragios y serpientes.