Inmenso monte, cuya blanca nieve
Apariencia
- Soneto 138
Inmenso monte, cuya blanca nieve te muestra antes de tiempo encanecido, en ti quiero vivir, por ver si ha sido fuego este amor, pues acabar se debe. Pero si está en el alma, aunque más pruebe hacer de nieve a su memoria olvido, será trabajo eterno del sentido y de mi largo error engaño breve. Nieve por nieve al fin, puerto por puerto, blancura y condición, Lucinda helada, a mi fuego darán remedio cierto. ¡Oh duro puerto una mujer airada! pero pásele yo quedando muerto, que a quien cansa el vivir, la muerte agrada.