Jácara de CarrascoJácara de CarrascoPedro Calderón de la BarcaJácara
Jácara
(Sale CARRASCO.)
CARRASCO
Loado sea el hijo de Dios,
y a quien no dijere amén,
soga le dé, como a mí
suele, un ministro del Rey.
Carrasco soy, el de Utrera,
el que me supe valer
por lo breve de mis manos,
por lo largo de mis pies.
Preso he estado algunos días,
porque cierto amigo, a quien
le lié unas ligaduras,
me cogió, aunque las lié.
Escapé, y busco a la Pérez,
mozuela de tanta ley,
que se las puede apostar
a los vecinos de Argel.
(Sale la PÉREZ.)
PÉREZ
(Sin ver a CARRASCO.)
Yo, señores matasietes,
soy la Pérez de Jerez,
que en el fuego de mis ojos
al más crudo le asaré.
Quejoso tengo a Carrasco;
y aunque lo hice mal con él,
¡pardiez, que no pude más,
embarazada con diez!
CARRASCO
Allí a la Pérez he visto. (Aparte.)
PÉREZ
Allí a Carrasco miré. (Aparte.)
CARRASCO
Seora honrada, ¿era ya tiempo
de ver al hombre de bien?
PÉREZ
Bien venido, seor Chinchilla...
¡Ay de mí, que el nombre erré!
CARRASCO
Muy bien puede confirmarme,
pues ha obispado vucé.
PÉREZ
Una mitra no es milagro.
CARRASCO
Antes milagrosa fue,
pues estando el día sereno,
naranjas hizo llover.
PÉREZ
Pues tú fuiste cardenal
el día que yo obispé,
y te dieron un jubón
que tú no mandaste hacer,
con los golpes muy espesos
y pegados del revés,
tan justos, que por mil partes
te hizo la sangre verter.
CARRASCO
¡Amigo soy yo de burlas!
¿No sabes que me enfadé
con un juez, porque a preguntas
me daba bravo cordel?
PÉREZ
¡Linda flor la del Carrasco!
CARRASCO
Pues, reina, perdóneme,
que aunque sea mi respeto
se le tengo hoy de perder.
Diga ¿por qué no me
ha visto?