La de San Quintín: 22

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Escena VII[editar]

Dichos; RUFINA por el fondo con una cesta de huevos.


RUFINA.- Hoy van ocho.

DON JOSÉ.- (Examinando embelesado los huevos, y mostrándolos al MARQUÉS.) ¡Vea usted qué hermosura!

EL MARQUÉS.- ¡Oh, sí!

DON JOSÉ.- Y puede usted asegurar que no hay en el mundo gallinas tan ponedoras como las mías.

EL MARQUÉS.- Así lo proclamaré urbi et orbe, y ¡guay de quien lo ponga en duda!

LORENZA.- (A RUFINA.) Señorita, la llave para sacar el azúcar.

DON JOSÉ.- (Asombrado.) ¡Azúcar!

ROSARIO.- Claro... para las rosquillas.

DON JOSÉ.- ¡Ah! ya.

RUFINA.- Tarea de cinco libras, abuelito.

DON JOSÉ.- Pues una libra de azúcar. Saca el azúcar y la canela (Tentándose los bolsillos.) ¿Tienes tú las llaves?


(RUFINA da las llaves a LORENZA.)


Libra y media de manteca, ¿sabes?...Primero separas las claras; bates bien las yemas con el azúcar, y cuando esté bien espeso, lo...

LORENZA.- (Interrumpiéndole.) Si ya sé, señor...

DON JOSÉ.- Digo que haces tú la primera pasta, para facilitarles el trabajo... Anda.


(Vase LORENZA.)


Con que... señor Marqués, ¿vamos a probar la sidra?

EL MARQUÉS.- Andiamo... y después me bajo al establecimiento. Con que abur. (A ROSARIO.) A trabajar se ha dicho. (Con intención.) Afinar bien la masa...

DON JOSÉ.- En marcha.


(EL MARQUÉS le da el brazo. Vanse por el fondo.)