La gringa: 28
Escena X
[editar]- GRINGO, FONDERO, CURA, MÉDICO, PARROQUIANOS 1.º y 2.º, COLONOS, COMENSALES 1.º y 2.º, PAISANO, NILDA, CANTALICIO y DON NICOLA.
DON NICOLA.- (Entrando.) ¡Buon giorno!...
CANTALICIO.- Ahí está el gringo... No me deje solo, compadre... que no me vaya a trampiar...
COLONOS.- (De la mesa.) ¡Evviva Nicola!... ¡Evviva Nicola!...
(Uno de ellos le ofrece un vaso de vino.)
DON NICOLA.- Disculpame... Tengo un asunto que arreglar... En seguida vengo... ¿Cómo está, señor cura?... ¿Me dispensa, don Cantalicio, si he demorado?... Tenía que ir en casa de Testaseca, ¿sabe?, a sacar la plata, y como estaban ocupados los patrones, me tuvieron esperando...
CANTALICIO.- Está dispensao... Y vaya largando sin muchos partes, porque estoy de prisa...
DON NICOLA.- ¡Bueno! ¡Bueno! La cosa es bien fácil... Todo lo que teníamos de hablar, ya está conversado... (Saca papeles y dinero del cinto.) Vamos a ver... Tengo de darle... de darle... espérese; mil de una parte, y trescientos cuarenta de la otra... mil trescientos cuarenta...
CANTALICIO.- Me parece que está errao...
DON NICOLA.- ¡Cosa!... ¡Cosa!...
CANTALICIO.- (Alterado.) ¡Sí, señor, está equivocado!... Son mil trescientos cuarenta y ocho pesos...
DON NICOLA.- Dispense... Tenía razón... Lo que es justo es justo. Este número estaba mal hecho y cualquiera se equivoca... Yo tampoco ando muy bien de escritura...
CANTALICIO.- (Aparte.) Pero no te perdés en los números...
DON NICOLA.- Muy bien... (Cuenta prolijamente el dinero.) ¡Aquí van mil pesitos justitos!... Haga el favor de contarlo...
CANTALICIO.- (Al PAISANO.) Cuente, compadre...
PAISANO.- (Contando.) Seiscientos, ochocientos y mil... ahí tiene.
DON NICOLA.- Bueno, bueno. Y ahora por el resto le voy a dar este pagarecito...
CANTALICIO.- ¿Qué es eso?... Usted no me va a dar pagareses... Yo no quiero papeles... El trato es trato... ¡Usted me tiene que entregar platita!
DON NICOLA.- Pero escuche, don Cantalicio... Sucede que yo tengo mi plata da Testaseca, y Testaseca no tenía hoy moneda disponible...
CANTALICIO.- ¡Habíamos de salir con ésas!... Vea, o me paga todo en dinero, o se queda usted con todo... ¡Qué embromar también!...
DON NICOLA.- Pero escuche, don Cantalicio... Si mi firma es como un banco... Usted lleva este papelito a cualquier parte y se lo pagan.
CANTALICIO.- ¿Un banco?... ¡Quién sabe qué trampa me quieren hacer!... No señor... El trato es trato... Venga la plata...
DON NICOLA.- Dispense, pero tramposo no soy, y no me lo diga, porque no me gustan esas cosas...
CANTALICIO.- ¡La platita! ¡La platita!...
DON NICOLA.- ¡Bueno!... ¡Bueno!... ¡Qué caramba!... Ahí tiene la platita, y si no le gusta así... haga lo que se le antoje... No digo más nada. (Hace ademán de retirarse.)
CANTALICIO.- ¡Che!... ¿Ande vas, gringo del diablo?... (Tironeándolo.) Sujetá el pingo... ¡Aflojá los pesos!...
DON NICOLA.- Mire, don Cantalicio... No me busque cuestiones, que no me meto con nadie... Usted está medio tomado y...
CANTALICIO.- ¡Tu madre!... (Quiere echarse sobre DON NICOLA y lo detiene el PAISANO. Los Parroquianos, que han estado a la expectativa, acuden, con excepción de los COLONOS, que se limitan a pararse en los asientos.) Lárgueme, que lo mato a ése...
(DON NICOLA, muy calmoso, se recuesta contra una mesa de frente al público, carga su pipa y fuma.)
EL CURA.- Vamos, don Cantalicio... Cálmese... No haga locuras... ¡No tiene razón!...
CANTALICIO.- ¡Madre mía!... ¡Que no tengo razón!... ¿Pero no han visto a ése, que tras de querer embrollarme me insulta? ¿No lo han visto?...
DON NICOLA.- Yo no embrollo a nadie... Soy una persona honrada y trabajadora...
CANTALICIO.- Sos honrao porque todos te protegen... todos... todos... todos... hasta el cura, que te da la razón... Yo soy un pillo... No tengo plata, ni chacra y he nacido en este país... Sos muy honrao, y sin embargo, me querías estafar los poquitos riales que me dejaste...
EL CURA.- Cantalicio... Eso no es cierto... Tranquilícese. Repose un poco y venga conmigo. Yo le voy a descontar el vale. (Lo sienta.)
CANTALICIO.- No señor. Me lo ha de pagar él... Me lo ha de pagar, y me lo ha de pagar... Y sálganse todos de aquí... Déjeme... Vayan a cuidarlo a él... que le hace más falta... ¡Déjenme, déjenme!... ¡Solito!... Yo no preciso de nadie... Ya no tengo amigos, ni casa, ni hijos... ni patria... Soy un apestao... Nadie me quiere... ¡Salgan!... ¡Yo me voy a morir!... Estoy muy triste... Salgan... Sin casa... Sin hijos... Sin amigos... Soy un pobre criollo... un pobre criollo...
(Oculta la cara entre los brazos, llorando convulsivamente. EL CURA, con el gesto, pide compasión para él, y allá, en el fondo, los COLONOS cantan de nuevo el aire nativo, mientras desciende lentamente el telón.)