La guirnalda literaria/Dolores Veintemilla de Galindo

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La guirnalda literaria
de José Rafael Arízaga
Dolores Veintemilla de Galindo
DOLORES VEINTEMILLA DE GALINDO.


(Ecuador.)




QUEJAS.


¡I amarle pude! Al sol de la existencia

Se abria apénas soñadora el alma......

Perdió mi pobre corazon su calma

Desde el fatal instante en que le hallé!

Sus palabras sonaron en mi oido

Como música blanda i deliciosa;

Subió a mi rostro el tinte de la rosa;

Como la hoja en el árbol, vacilé.


Su imájen en el sueño me acosaba,

Siempre halagüeña, siempre enamorada:

Mil veces sorprendiste, madre amada,

En mi boca un suspiro abrasador.

I era él quien arrancaba de mi pecho,

Él, la fascinacion de mis sentidos;

Él, ideal de mis sueños mas queridos;

Él, mi primero, mi ferviente amor.

Sin él, para mí, el campo placentero

En vez de flores me obsequiaba abrojos:

Sin él eran sombríos a mis ojos

Del sol los rayos en el mes de Abril.

Vivia de su vida apasionada;

Era el centro de mi alma el amor suyo;

Era mi aspiracion, era mi orgullo......

¿Por qué tan presto me olvidara el vil?


No es mio yá su amor, que a otra prefiere:

Sus caricias son frias como el hielo,

Es mentira su fe, finje desvelo;

Mas no me engañará con su ficcion!......

¡I amarle pude delirante, loca!

Nó, mi altivez no sufre su maltrato;

I si a olvidar no alcanzas al ingrato

Te arrancaré del pecho, corazón!




LA NOCHE I MI DOLOR.


(IMITACION DE ZORRILLA.)


El negro manto que la noche umbría

Tiende en el mundo, a descansar convida;

Su cuerpo estiende yá en la tierra fria

Cansado el pobre, i su dolor olvida.

Tambien el rico en su mullida cama

Duerme soñando avaro en sus riquezas;

Duerme el guerrero i en su sueño exclama:

«Soi invencible i grandes mis proezas!»


Duerme el pastor feliz en su cabaña,

I el marino tranquilo en su bajel:

A ese no alteran la ambicion i saña;

El mar no inquieta el reposar de aquel.


Duerme la fiera en lóbrega espesura;

Duerme el ave en las ramas guarecida;

Duerme el reptil en su morada impura,

Como el insecto en su mansion florida.


Duerme el viento... la brisa vagarosa

Jime, apénas las flores cariciando;

Todo entre sombras a la par reposa,

Aquí durmiendo, más allá soñando.


Tú, dulce amiga, que tal vez un dia

Al contemplar la luna misteriosa

Exaltabas tu ardiente fantasía,

Derramando una lágrima amorosa:


Duermes tambien tranquila i descansada,

Cual marino calmada la tormenta,

Así olvidando la inquietud pasada,

Miéntras tu amiga su dolor lamenta.


Déjame que hoi en soledad contemple

De mi vida las flores deshojadas;

Hoi no hai mentira que mi dolor temple...

Murieron yá mis fábulas soñadas!


Hoi en mi yermo espíritu no existe

Ese incesante sueño de ventura;

Yá el mustio tronco de mi vida triste

Lo ha desgarrado el rayo de tristura.


Llegué al instante postrimero, amiga,

Que mi destino cruel me señaló...

Propicio el cielo siempre te bendiga!...

De mi vida la antorcha se apagó...