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La jornada cívica

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Lunes 31 de Julio de 1916, El DIA

Editorial

La jornada cívica


La jornada cívica de ayer representa para el Partido Colorado el triunfo moral de su obra democrática. –Probablemente, los adversarios de la reforma constitucional y de los postulados que nuestro partido proclamará como ideales de sus empeños regeneradores, obtendrán una mayoría de cierta consideración en la próxima asamblea constituyente. –Representaremos y acataremos con la misma sinceridad de que hemos hecho pública y práctica devoción en los preeliminares de esta campaña política, la decisión del comicio, que es la expresión de la mayoría del electorado, o sea el derecho victorioso a las sanciones definitivas. –Hemos propendido, por medio de la ley liberalmente concedida y escrupulosamente tutelada, a que ese derecho se manifestara con absoluta libertad. –Hemos predicado el deber de presentar las soluciones del comicio. –Hemos hecho posible la acción de todos los partidos de la órbita de la legalidad y del orden. –Hemos demostrado que se prejuzgaba, que se mistificaba, que se engañaba al País diciéndole que nuestro partido pretendía vencer a toda costa y de cualquier modo, bajo las cate de torpes desvaríos. –Hemos acreditado la alteza incontestable de nuestras miras y la corrección irreprochable de nuestros procederes, poniendo en manos del País todas las armas listas para que hiciese valer libremente sus opiniones, sus propósitos, sus tendencias si pudiera sobreponerse a nosotros mismos el mérito a la superioridad de sus votos, o sea, de sus fuerzas democráticas. Ningún partido de gobierno, en ninguna parte del mundo, a dado el ejemplo que ha ofrecido el nuestro, no solo en la preparación de leyes electorales insuperables, que han determinado la manifestación inequívoca de la voluntad nacional, sino en la ejecución misma de tales leyes, en el acto de sufragio, insospechablemente garantido y amparado por todas las autoridades de la República a diferencia de medios democráticos vecinos en que las leyes y las practicas renovadoras del comicio, obedecieron a iniciativas personales de gobernantes sin partido, entre nosotros la obra de la ley y de la practica enaltecedora y libérrima, corresponde a la iniciativa y a la cultura cívica de todo un Partido de gobierno que se hace un deber en consagrar la inscripción obligatoria y el voto secreto, como regla fundamentales de conducta electoral.

Pudo el Partido Colorado –sobre todo teniéndose en cuenta que los propios opositores combatieron sus sanas y fecundas orientaciones-, reservase ventajas en el mecanismo de la ley. –Pero no hizo eso porque quiso evidenciar en los hechos la ligereza y la calumnia de los cargos que se le formularán, dando al pueblo todo aquello que fuera posible para que el pueblo votara con la confianza y el optimismo de la realidad de sus derechos, en su perjuicio o en su beneficio.

Esos solo lo hacen los grandes partidos de médula y de educación republicana. –Nadie los hubiera hecho en su lugar: Ni uno solo de los grupos políticos que le han disputado las posiciones prevalentes a la gran Convención próxima, que no han sido capaces de reconocer el altruismo y la nobleza en nuestra actitud fundamental, antes del comicio, habrían definido, con los prestigios de la jornada de ayer, la propia voluntad de someter en absoluto al veredicto popular sus propias ideas y las ajenas, con abstracción completa de pequeñas y personales intereses. Es una lección que el Partido Colorado ofrece a la democracia de América!

Pero antes de terminar, séanos permitido subrayar, no solo ese hermoso triunfo moral de nuestro Partido, sino también el hecho de que el colegialismo ha sido prestigiado por la enorme mayoría de los sufragios, dentro del Partido, en todo el País. –Los anticolegialistas, como lo suponíamos, han revelado su escaso ascendiente dentro de filas: es una minoría sin otro rol eficaz que el de restar fuerzas a la causa común, facilitando algunos triunfos nacionalistas. –Pero aún, en ciertos departamentos en que la victoria no corresponderá a nuestro partido, este, sumando incidencias, ha obtenido mayoría de sufragios relativamente a las oposiciones más fuertes. –Lo que quiere decir que los ideales reformistas de nuestro Partido constituyen una cifra de gran importancia en el electorado nacional.

Por nuestra parte, si lamentamos algunos reveses sufridos, por el País que perderá la oportunidad de reformar, en su sentido ampliamente democrático, sus instituciones constitucionales, nos felicitamos, en cambio, por haber propiciado la hermosa jornada cívica de ayer, que honra a todos los ciudadanos, por el orden y el entusiasmo demostrados, y particularmente a nuestro partido, que ha puesto al pueblo en aptitud de acreditar insospechablemente sus derechos, dentro de la legalidad y la libertad.