La masacre de la escuela Santa María de Iquique/VII

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Anexo documental


Pasajes de las intervenciones de los diputados Bonifacio Veas,
Arturo Alessandri y Malaquías Concha en las
Sesiones de la Cámara de Diputados
del 27 y 30 de diciembre de 1907.


Actas de sesiones, Cámara de Diputados, 27 de diciembre de 1907.

La huelga de Iquique

El señor VEAS.-

.. .‘ ‘Iquique, cuna de héroes, en donde encontró digna sepultura uno de los mas grandes mártires de este país, a quien el pueblo glorifica, ha sido también víctima de otro Intendente que, con la hipocrecía no del hombre que procede con altura de miras, sino con la hipocrecía del cocodrilo, ha engañado al pueblo i se ha valido de un soldado galoneado para asesinarlo cobardemente.

El señor BESA (vice-Presidente).- Ruego a Su Señoría que se sirva emplear espresiones mas moderadas, porque de otra manera me veré obligado a llamarlo a la órden.

El señor VEAS.- Quisiera saber cuáles son las espresiones que merecen observacion de Su Señoría.

El señor BESA.- (vice-Presidente).- Las espresiones que Su Señoría está empleando son inconvenientes.

El señor VEAS.- Mas suaves i dulces son mis espresionest que las balas con que se acribilló a esos infelices de Iquique. Son demasiado suaves mis palabras al lado de las que merecen para que no vuelvan a ser tan salvajes para asesinar al pueblo en la forma que lo han hecho.

El señor BESA (vice-Presidente).-Llamo al órden a Su Señoría.

El señor VEAS.- Creo que no se puede llamar al órden a un Diputado que usa de estas espresiones cuando se siente ofendido por la magnitud de un crímen cometido por personas que debieran en otra forma hacer respetar la Constitucion i las leyes.’’. .. .

.. .‘ ‘Recordará mui bien la Cámara que, con motivo de estas mismas quejas i peticiones de los obreros de las pampas, se nombró la titulada Comision Consultiva del Norte, presidida por el distinguido hombre público señor Errázuriz Urmeneta, Comision que se trasladó a la pampa del salitre, donde pudo posesionarse perfectamente del trato inhumano que los dueños de salitreras dan a los operarios i las mil espoliaciones de que los hacen víctimas. La Comision tomó nota de esos abusos i tropelías inauditas i tuvo que reconocer el derecho amplio de los obreros para reclamar.

De ahí nació el proyecto de lei para que no se les pague un salario en fichas de carton o de lata.

De ahí provino la tenaz campaña para que no se mantengan abiertos esos cachuchos, verdaderas fosas cavadas para tragarse a los infelices obreros, donde son devorados en un santiamen por el caliche hirviendo.

Aquella Comision elaboró mas de un proyecto, que en algo remediara la situacion de los trabajadores, i esos proyectos están en el archivo del Ministerio. No se les ha hecho caso.’’ ...
Actas de sesiones, Cámara de Diputados, 27 de diciembre de 1907.



Secuestro de diarios. – La huelga de Iquique
El señor ALESSANDRI
.. .‘ ‘La Constitucion ha querido, señor Presidente, que ante todo i por sobre todo se respete i garantice la vida de todos los habitantes.
Pues bien, estamos en presencia de hechos luctuosos.

Hemos visto publicarse un parte oficial del jeneral Silva Renard sobre esos sucesos, parte que el señor Ministro del Interior con cierto desenfado i cierto nervio ha acentuado que es oficial.
¿I qué dice ese parte?
Dice que los amotinados,... digo mal, porque no ha habido aquí motin, los huelguistas se reunieron en una casa situada en una plaza de la ciudad, que hasta el sitio donde estaban los directores de la huelga fué el coronel Ledesma, fue el comandante Aguirre i fué el mismo jeneral Silva Renard, que tuvieron con ellos una conversacion de dos o tres horas i que durante ese tiempo les rogaron que se retiraran, prometiéndoles jestionar privadamente sus exigencias.
Luego, agregó ese parte, los huelguistas, en lugar de retirarse, contestaban con griterías i banderolas i que la plebe iba subiendo poco a poco el tono de su actitud; pero deja constrancia del hecho de que todo eran griterías, eran banderolas; i esto, naturalmente, no autoriza para atropellar al pueblo en al forma que se hizo.’’. ..

.. .‘ ‘El contrato de salario es un contrato de arrendamiento de servicios en que los patrones tienen derecho a poner sus condiciones i los operarios tambien lo tienen a poner las suyas.
Esta es la doctrina sentada al respecto en todas partes del mundo.
La autoridad puede intervenir cuando los huelguistas cometen atropellos o cuando emplean la fuerza para impedir que trabajen los compañeros que desean trabajar; pero, mientras eso no suceda, toda intervencion violenta de la autoridad es abusiva.
Ateniéndonos al parte oficial del jeneral Silva Renard, la conducta observada por la fuerza pública no esta justificada, pues el motivo determinante de su empleo parece no ser otro que los gritos de la muchedumbre, el ajitar de las banderolas i el temor de que la jente pudiera exaltarse para cometer desmanes en la noche.’’. . .

. . .‘ ‘En cuanto al honorable Ministro del Interior, su Señoría, que conoce la historia, sabe que ni en los tiempos primitivos, ni en la edad media, ni en la moderna, ni en la contemporánea, se ha visto que los movimientos populares hayan sido contenidos con medidas violentas, con atropellos.
En todas partes en donde la autoridad pública ha procedido de esta manera, se la ha visto debilitarse i por fin caer. Porque, como dice un escritor que ha sintetizado la idea con una comparacion gráfica, querer contener al pueblo por medio de la violencia, es como poner atajo a un rio: las aguas se detendrán por de

pronto ante el obstáculo; pero luego crecerán, rebalsarán el obstáculo i por fin con ímpetu avasallador, saltarán por sobre el i seguirán su camino arrastrándolo consigo.’’ .. .
Actas de sesiones, Cámara de Diputados, 30 de diciembre de 1907.



La huelga de Iquique

El señor CONCHA (don Malaquías).
. . .‘ ‘Era una huelga tranquila,pacífica, la mas ordenada acaso de todas las huelgas que han tenido lugar en los tiempos modernos, i sin embargo dio oríjen para que se fusilara a mansalva a ocho o diez mil obreros inermes, reunidos en un local señalado por la propia autoridad de la provincia como centro de reunion i de seguridad para esos obreros que reclamaban un acuerdo con sus patrones en órden a sus salarios.

Se trataba de una huelga de carácter esclusivamente económica i social, sin pretensión política alguna, ni carácter subersivo alguno: se reunian los operarios de la pampa, porque juzgaban que sus actuales salarios no remuneran bien sus trabajos por la baja alarmante del cambio internacional, que reduce el valor de la moneda a un tercio de lo que ántes valia.

Esto, que todo el mundo reconoce como de la mas estricta justicia, que ha sido reconocido por el Congreso en las ocasiones en que ha elevado en proporcion conveniente los sueldos de todos o casi todos los empleados públicos, era lo único que pretendian los empleados de la pampa al querer llegar a un acuerdo con sus patrones para que se fijase en un tipo dado la remuneracion de sus servicios; i esto lo pedian con la mas perfecta justicia.

Decian ellos, con perfecta razon, que su trabajo es parte del valor del producto que venden las empresas salitreras, porque el precio del salitre está fijado por el precio del caliche i el importe de su trabajo. Para el salitrero, el costo del salitre es lo que pagó por el suelo i lo que cuesta su elaboracion; i si los salitreros venden en oro ese producto al estranjero, deben remunerar tambien a sus operarios en una moneda idéntica,o sea, a razon de dieciocho peniques o de deciseis, como paga el Estado a los operarios de las Maestranzas de los ferrocarriles.’’. ..

. . .‘ ‘En esas pampas, cada salitrero se cree con derecho a establecer verdaderas aduanas en sus dominios. Así como en las provincias francesas existen aduanas interiores, asi cada oficina salitrera establece una aduana especial para impedir por este modo la libre concurrencia comercial.

Ademas, el salitrero no paga a sus operarios con moneda legal sino con fichas, que despues él mismo solo recibe con descuento.
Sabe la Cámara que una prohibicion espresa de la lei impide a las empresas industriales emitir fichas para el pago de sus operarios; i esto que es lei de la Repúbica, i que rige en todas las provincias, no rije en la provincia de Tarapacá, tal vez por desidia del Gobierno para velar por el cumplimiento de las leyes.

Esos dueños de salitreras emiten toda clase demonedas; emiten fichas i billetes de papel, de cartón o de jénero; i obligan a sus operarios a recibirlas, i cuando los operarios quieren cambiarlas i convertirlas en moneda corriente se encuentran con que para conseguirlo tienen que aceptar un descuento de un treinta por ciento, con lo cual, como se ve, ven disminuido en ese tanto por ciento el valor de su trabajo.’’. .. ‘‘¡Ganó la batalla el jeneral!
¡Hurra por el jeneral!
Sobre diez mil obreros inermes se disparó con ametralladoras, no por el espacio de treinta segundos, como dice el parte, sino que esta espantosa carnicería duró, por lo ménos, tres minutos!
Se formaron montañas de cadáveres que llegaban hasta el techo de la Escuela Santa María!
¡Horrorícese la Cámara!
Esto ocurre en un pais constitucional;esto en un pais de libertad!’’...

.. .‘ ‘Al traer esta cuestion a la Cámara yo quiero colocar el debate en este terreno estrictamente constitucional; yo no persigo la responsabilidad personal de nadie, ni aun la del señor Ministro del Interior; yo persigo la responsabilidad constitucional del señor Ministro, i a ese terreno habré de llegar al concluir mis observaciones.
Se trata de la responsabilidad constitucional o legal que afecta al señor Ministro del Interior, si es que él asume la responsabilidad de estos hechos luctuosos. I si no la asume, se trata de señalarle el camino que le impone su deber para hacer responsable a sus subalternos que han estralimitado sus atribuciones i que han faltado tan gravemente a la Constitucion i a la lei.
Un debate de esta naturaleza prestijia al Congreso, nos honra.
No nos empeñemos en lanzarnos invectivas de ninguna naturaleza; relatamos hechos a fin de formar juicio i a fin de que cada representante del pueblo hoi o mañana cumpla con su deber.
Si por consideraciones políticas hemos de dejar mancillada la Constitucion del Estado; si por mantener una coalicion o hacer una alianza pasáramos en silencio por sobre estos sucesos, entónces mereceríamos la dictadura, entónces habria llegado el momento de declarar que no

mereceríamos llevar la representación del pueblo.’’ ...