La oliva y el laurel Alegoría escrita para las fiestas de la proclamación de S. M. LA REINA DOÑA ISABEL II de José Zorrilla del tomo dos de las Obras completas ordenadas por Narciso Alonso Cortés.
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La oliva y el laurelLa oliva y el laurelJosé Zorrilla
Cambia la decoración en deliciosos jardines en el alcázar de la Paz. El laurel a que ésta se halla atada, se cambia en una oliva, y abriéndose en el fondo un vistoso grupo de vapores, aparece el retrato de S. M. Doña Isabel II con cetro y corona.
EL GENIO DE LA PAZ.
Genio de sangre y lides nunca sacio,
dobla a mis plantas la cerviz altiva.
EL GENIO DE LA GUERRA.
¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?
EL GENIO DE LA PAZ.
En mi palacio.
EL GENIO DE LA GUERRA.
¿Qué árbol es éste?
EL GENIO DE LA PAZ.
De la Paz la oliva.
EL GENIO DE LA GUERRA.
¡Cielos!
EL GENIO DE LA PAZ.
Pasó de un punto en el espacio
a ser señora la que fué cautiva.
EL GENIO DE LA GUERRA.
¿Y ese esplendor que tu palacio inunda?
EL GENIO DE LA PAZ.
Es la sonrisa de Isabel Segunda.
EL TIEMPO.
Es Isabel, quien tu furor confunde;
quien tu brazo rindió jamás vencido,
quien las delicias de la paz difunde
desde el augusto solio a que ha subido.
Esa es por quien mi mano un año hunde
en la lóbrega sima del olvido,
librando así de tu sangrienta saña
la dulce Paz de la turbada España.
EL GENIO DE LA PAZ.
Sí, me rinde la luz de su semblante:
su tierna edad y su inocencia pura
esclavizan mi espíritu arrogante,
que esclavo es el valor de la hermosura.
Ruede a sus pies mi escudo rutilante,
caiga rota a sus pies mi lanza dura:
sépase al fin que en la española tierra
sabe ceder a la razón la Guerra.
EL TIEMPO.
Y yo el Tiempo a los dos sabré marcar,
y entre los dos igual le partiré.
Yo sabré tu laurel inmarchitar,
yo tu oliva feraz fecundaré.
Yo sabré tu valor utilizar;
yo tus frutos doquier propagaré,
y ambos a dos unidos, su cerviz
podrá España elevar libre y feliz. (La Paz y la Guerra se dan la mano.)
EL GENIO DE LA PAZ.
Yo llenaré sus campos de verdor;
yo cubriré de naves su ancho mar:
yo inspiraré a los vicios noble horror:
yo haré la ciencia y el trabajo amar:
yo a la ley y a las artes daré honor:
yo haré la religión con fe mirar;
yo haré de España con el tiempo, en fin,
de gloria y de placer, templo y jardín.
EL GENIO DE LA GUERRA.
Yo guardaré su campo al labrador,
yo haré sus leyes santas respetar:
yo daré a sus ejércitos valor:
yo les haré vencer en tierra y mar:
yo con mi escudo guardaré su honor:
yo haré el nombre español reverenciar,
y su rojo pendón llevaré, en fin,
de uno en otro recóndito confín.