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La paloma y la urraca

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Nuevas fábulas
La paloma y la urraca

de Felipe Jacinto Sala



La urraca picotera
decía a la paloma, su vecina:
-«¿Sabes que es feo por demás, hermana,
»ese pavón venido de las Indias?
»¿No has visto qué ridículas maneras,
»¿Qué voz, tan repugnante y desabrida?
»¿Y los pies? ¡Santo Dios, qué pies aquellos!
»Al recordarlos una se horripila.
»Si tal monstruosidad el mundo aclama
»como una maravilla,
»a fe de urraca, que mal gusto tiene.»-
-«Pues, ves, amiga mía,
-le contestó la cándida paloma;-
»yo dudo mucho que en la tierra exista
»otra ave que atesore
»tal conjunto de gracias peregrinas.
»Hay esbeltez en su bonito talle;
»hay en su andar nobleza y gallardía,
»y en su garzota de ligeras plumas
»un singular donaire que cautiva.
»Cuando, mintiendo el iris de los cielos,
»forma su cola aquella rueda linda,
»rica en cambiantes de zafir y oro,
»hasta las flores su matiz envidian.
»¿Quién, pues, urraca, al ver tantos portentos
»sus lunares levísimos no olvida?»-





El malo siempre al prójimo censura
con acritud indigna;
el bueno en su indulgencia
a la paloma imita;
¿nos encuentra defectos? disimula.
¿Nos nota bellas prendas? las publica.