La serpiente y la lima
Apariencia
En casa de un cerrajero Entró la Serpiente un día, Y la insensata mordía En una Lima de acero. Díjole la Lima: «El mal, Necia, será para ti; ¿Cómo has de hacer mella en mí, Si hago polvos el metal?» Quien pretende sin razón Al más fuerte derribar No consigue sino dar Coces contra el aguijón. SAMANIEGO