Las alas
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Yo tenía... ¡dos alas!... Dos alas, que del azur vivían como dos siderales ¡raíces!... Dos alas, con todos los milagros de la vida, la Muerte y la ilusión. Dos alas. fulmíneas como el velamen de una estrella en fuga; dos alas como dos firmamentos como tormentas, con calmas y con astros... ¿Te acuerdas de la gloria de mis alas?... el áureo campaneo del ritmo; el inefable matiz atesorando el Iris todo, más un Iris nuevo ofuscante y divino. que adorarán las plenas pupilas del futuro (¡Las pupilas maduras a toda luz!)... el vuelo... El vuelo ardiente, adorante y único, que tanto tiempo atormentó los cielos, despertó soles, bólidos, tormentas, abrillantó los rayos y los astros; y la amplitud: tenían calor y sombra para todo el mundo, y hasta incubar más allá pudieron. Un día, raramente desmayados a la tierra, yo me adormí en las felpas profundas de este bosque... ¡Soñe divinas cosas!... Una sonrisa tuya me despertó, paréceme... ¡Y no siento mis alas! ¿Mis alas?... -Yo las vi deshacerse entre mis brazos... ¡Era como un deshielo!