Las mil y una noches:260

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Las mil y una noches - Tomo II​ de Anónimo
Capítulo 260: Pero cuando llegó la 261ª noche



PERO CUANDO LLEGO LA 261ª NOCHE[editar]

Ella dijo:

"...al forastero que buscábamos y ha de sacarnos del apuro!" Luego llamó aparte a Grano-de-Belleza, y le dijo: "¡Bendito sea Alah, que te ha colocado en nuestro camino! Vamos a pedirte un favor que retribuiremos liberalmente dándote cinco mil dinares, efectos por valor de mil dinares y un caballo de mil dinares. ¡Verás!

"No ignoras, hijo mío, que, según nuestra ley, cuando un musulmán ha repudiado por primera vez a su esposa, puede recobrarla sin formalidades a los tres meses y diez días; y si se divorcia por segunda vez, también puede recuperarla después del plazo legal; pero si la repudia por tercera vez, o si, aun no habiéndola repudiado nunca le dice sencillamente: "¡Quedas repudiada por tres veces!" o "¡Ya no eres nada para mí, lo juro por el tercer divorcio!", en ese caso, si el esposo quiere volver otra vez con su esposa, la ley determina que otro empiece por casarse legalmente con la mujer repudiada, y a su vez la repudie después de haberse acostado con ella aunque sólo sea una noche. Y entonces es cuando el primer esposo la puede recobrar como mujer legítima.

"Pues ése es el caso del joven que está conmigo. El otro día se dejó llevar de un acceso de mal humor y le gritó a su esposa, que es hija mía: "¡Sal de mi casa! ¡Ya no te conozco! ¡Te repudio por tres veces!" Y enseguida mi hija, que es su esposa, se echó el velo por la cara delante de su esposo, que era ya un extraño para ella, recogió su dote y volvió el mismo día a mi casa. Pero ahora su marido, que es éste, desea ardientemente recobrarla Ha venido a besarme las manos y a rogarme que le reconciliara con su esposa. Y yo he accedido a ella. Y enseguida hemos salido en busca del hombre que le ha de servir de sucesor momentáneo una noche. Y a la sazón te hemos encontrado, hijo mío. Como eres forastero, las cosas se harán en secreto, sólo en presencia del kadí, y no trascenderá nada al exterior".

El estado de indigencia en que se encontraba Grano-de-Belleza le hizo aceptar de buena gana la proposición, y dijo para sí: "Voy a cobrar cinco mil dinares, y tomar efectos por valor de mil dinares, y un caballo de mil dinares, y además voy a fornicar toda la noche. ¡Por Alah! ¡Acepto!" Y dijo a los dos hombres, que aguardaban con ansiedad la respuesta: "¡Por Alah! ¡Acepto el cargo de Desligador!"

Entonces el esposo de la repudiada, que todavía no había hablado, se volvió hacia Grano-de-Belleza y le dijo: "¡Nos sacas de un gran apuro, porque he de manifestarte que amo a mi esposa extremadamente! Pero temo que mañana por la mañana sea muy de tu gusto mi esposa, no quieras repudiarla y te niegues a devolvérmela. La ley, en ese caso, te favorece. Por lo tanto, ahora, delante del kadí, te comprometerás a entregarme diez mil dinares de indemnización si por desgracia no quisieras consentir en divorciarte al día siguiente". Y Grano-de-Belleza aceptó la condición, por estar resuelto a no dormir más que una noche con la mujer consabida.

Fueron pues, los tres a casa del kadí, y ante él formalizaron el contrato en las condiciones legales. Y el kadí se entusiasmó al ver a Grano-de-Belleza y le amó mucho. Y ya volveremos a encontrarle en el curso de esta historia.

Y hecho el contrato salieron de la oficina del kadí, y el padre de la divorciada se llevó a Grano-de-Belleza y le hizo entrar en su casa. Le rogó que esperara en el vestíbulo, y enseguida fué a avisar a su hija, diciéndole: "Querida hija, he encontrado un muchacho muy bien formado, y que, a mi parecer, te ha de gustar. Te lo recomiendo con todo el encarecimiento de la recomendación. Pasa con él una noche encantadora y no te prives de nada. ¡No todas las noches se puede tener en brazos un mozo tan maravilloso!" Y habiendo aconsejado a su hija de tal modo, el buen padre se fué muy contento a buscar a Grano-de-Belleza para decirle lo mismo. Y le rogó que aguardara un poco a que su nueva esposa se preparase a recibirle.

En cuanto al primer esposo, fué a buscar inmediatamente a una vieja muy taimada que le había criado, y le dijo: "Te ruego, buena madre, que imagines algún recurso para evitar que el Desligador que hemos encontrado se acerque esta noche a mi mujer divorciada". Y la vieja contestó: "¡Por tu vida! ¡Nada hay más fácil!" Y se envolvió en su velo...

En este momento de su narración, Schehrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.