Las mil y una noches:430

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Las mil y una noches - Tomo III​ de Anónimo
Capítulo 430: Y cuando llegó la 432ª noche



Y CUANDO LLEGO LA 432ª NOCHE[editar]

Ella dijo:

... Por su parte, Kamaralakmar escribió al rey de Sana, padre su esposa, una carta, en la que le ponía al corriente de toda su historia, anunciándole su matrimonio v la completa dicha en que vivían ambos. Y envió esta carta con un mensajero acompañado por criados que llevaban presentes magníficos y cosas raras de gran valor. Y llegó el mensajero a Sana, en el Yamán, y entregó la carta y los regalos al padre de la princesa, que cuando leyó la carta se alegró hasta el límite de la alegría y aceptó los obsequios. Tras de lo cual preparó a su vez presentes muy ricos para su yerno, el hijo del rey Sabur, y se los envió con el mensajero.

Al recibir los presentes del padre de su esposa, el hermoso príncipe Kamaralakmar se regocijó extremadamente, porque le era penoso saber que el viejo rey de Sana estaba descontento de la conducta de ambos. Y hasta tomó la costumbre de mandarle cada año una nueva carta y nuevos presentes. Y continuó obrando así hasta la muerte del rey de Sana.

Luego, cuando su propio padre el rey Sabur murió a su vez, le sucedió en el trono del reino, y comenzó su reinado casando a su hermana más joven, a la que tanto quería, con el rey del Yamán. Después de lo cual gobernó a su reino con sabiduría y a sus súbditos con equidad; y de tal manera adquirió en todas las comarcas supremacía y la felicidad de corazón de todos los habitantes. Y continuaron su esposa y él viviendo la vida más deliciosa, la más dulce, la más serena y la más tranquila, ¡hasta que fué a verles la Destructora de delicias, la Separadora de sociedades y de amigos, la Saqueadora de palacios y cabañas, la Constructora de tumbas y la Proveedora de los cementerios!

Y ahora, ¡gloria al Único Viviente que no muere nunca y tiene en Sus manos la dominación de los Mundos y el imperio de lo Visible y de lo Invisible!

Y cuando hubo terminado así esta historia, se calló Schehrazada, la hija del visir. Entonces le dijo el rey Schahriar: "¡Prodigiosa es esa historia, Schehrazada! ¡Y en verdad que quisiera saber el mecanismo extraordinario de aquel caballo de ébano!"

Schehrazada dijo: "¡Ay, se destruyó!" Y dijo Schahriar: "¡Por Alah, que he torturado mucho mi espíritu tratando de averiguarlo!"

Schehrazada contestó: "Entonces, ¡oh rey afortunado! para que descanse tu espíritu estoy dispuesta, si tú me lo permites, a contarte la historia más dilatadora que conozco, aquella que trata de Dalila la Taimada y de su hija Zeinab la Embustera!"

Y el rey Schahriar exclamó: "¡Por Alah, puedes hablar! ¡Porque no conozco esa historia!

¡Después ya pensaré lo que debo hacer con tu cabeza!"

Entonces dijo Schehrazada: