Las mil y una noches:91
PALABRAS SOBRE LAS TRES PUERTAS
Y Nozhatú dijo:
"Te hablaré, en primer lugar, ¡oh príncipe valeroso! de la PRIMERA PUERTA: EL ARTE DE SABER CONDUCIRSE.
"Sabed, pues, que la vida tiene un objeto, y que el objeto de la vida es desarrollar el fervor.
"Ahora bien; el principal fervor tiene su forma en la pasión, que es bella por su fe.
"Nadie alcanzará el fervor más que por una vida activa, animada por la pasión. Y esta vida puede vivirse en cualquiera de los cuatro grandes caminos de la humanidad: El Gobierno, el Comercio, la Agricultura y los Oficios.
"En lo que concierne al GOBIERNO, es necesario que aquellos escasos hombres que están llamados a gobernar el mundo posean la ciencia política, una sutileza exquisita y una habilidad perfecta. Y en ningún caso deben dejarse guiar por su capricho, sino por un alto ideal, cuyo fin es Alah, el que todo lo puede. Y si regulan su conducta hacia este fin, la justicia reinará entre los humanos y cesarán las discordias en la superficie de la tierra. Pero lo más frecuente es que sigan sus inclinaciones, y acaben por resbalar en errores irremediables. Por que un jefe no es útil a su país sino cuando puede ser equitativo e imparcial y cuando impide que los fuertes opriman a los débiles y a los pequeños.
"El gran Ardechir, tercer rey de los persas, y uno de los descendientes de Sassán, dijo: "La autoridad y la fe son dos hermanas gemelas: la fe es un tesoro y la autoridad su guardián".
"Y nuestro profeta Mahomed (¡sean con él la paz y la plegaria!) ha dicho:
"Dos cosas rigen el mundo: la Autoridad y la Ciencia; si son rectas y puras, el mundo camina por la vía derecha; si son nefandas y malas, el mundo cae en la corrupción".
"Y el Sabio ha dicho: "El rey debe ser el guardián de la fe, de cuanto es sagrado y de los derechos de sus súbditos. Pero ante todo debe velar por que estén de acuerdo los que manejan la pluma y los que manejan la espada, ¡porque quien falte al hombre que maneja la pluma resbalará y se levantará jorobado!"
"Y el rey Ardechir, que fué un gran conquistador, dividió su imperio en cuatro distritos, y se mandó fabricar cuatro sellos en cuatro anillos. El primer sello era el anillo del Distrito marítimo, Y así sucesivamente los otros tres. Y lo hizo para asegurar el orden en su reino. Y así se siguió hasta la era islámica.
"Y el rey Kesra, el gran rey de los persas, escribió a su hijo, al que había confiado el ejército de sus ejércitos: "¡Oh, hijo mío!..."
En este momento de su narración, Schehrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.