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Las ranas sedientas

De Wikisource, la biblioteca libre.
Las ranas sedientas
de Félix María Samaniego


Dos ranas que vivían juntamente, 
En un verano ardiente
Se quedaron en seco en su laguna. 
Saltando aquí y allí, llegó la una 
A la orilla de un pozo.
Llena entonces de gozo, 
Gritó a su compañera: 
«Ven y salta ligera.»
Llegó, y estando entrambas a la orilla, 
Notando como grande maravilla, 
Entre los agotados juncos y heno,
El fresco pozo casi de agua lleno, 
Prorrumpió la primera: «¿A qué esperamos, 
Que no nos arrojamos
Al agua, que apacible nos convida?» 
La segunda responde: «Inadvertida, 
Yo tengo igual deseo,
Pero pienso y preveo
Que, aunque es fácil al pozo nuestra entrada, 
La agua, con los calores exhalada,
Según vaya faltando,
Nos irá dulcemente sepultando, 
Y al tiempo que salir solicitemos, 
En la Estigia laguna nos veremos.»


Por consultar al gusto solamente 
Entra en la nasa el pez incautamente, 
El pájaro sencillo en la red queda,
Y ten qué lazos el hombre no se enreda?