Las tres musas últimas castellanas 006

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A Lisis, presentándole un perro, que había quitado un cordero de los mismos dientes del lobo

(Las tres musas últimas castellanas)

de Francisco de Quevedo


Este cordero, Lisis, que tus yerros
sobrescribieron como al alma mía,
estando ayer recién nacido el día,
de un lobo le cobraron mis dos perros.


En el denso teatro de estos cerros,
Melampo aventajó su valentía:
ya le viste otra vez, con osadía,
defender a tus voces los becerros.


Conoce que soy tuyo en tu ganado,
pues, por guardarle, desamparo el mío,
y en mi pérdida estimo su cuidado.


Pues te sirven sus dientes y sus brío,
recíbele, no pierda desdeñado
lo que él merece, porque yo le envío.