Libertad perdida
Apariencia
Una sultana del remoto Oriente
vio en los bosques, un día que cazaba,
una llama que rápida esquivaba
de jauría fiera el aguzado diente.
Rendida, al fin, la reina no consiente
que la muerte le den, que ya esperaba,
y a su palacio la conduce esclava
donde la cuida tierna y diligente.
Si antes huraña, al cabo agradecida,
fue olvidando la llama la honda pena
con que lloró su libertad perdida.
Amor, que la existencia me envenena,
quiero que pase mi doliente vida,
besando el hierro de fatal cadena.