Libro de Buen Amor: 050
De lo que le contesçió al arcipreste con la serrana
Después d'esta aventura fuime para Segovia,
non a comprar las joyas para la chata novia,
fui ver una costilla de la serpiente groya
que mató al viejo Rando segund dise en Moya.
Estude en esa çibdat, e espendí mi cabdal,
non fallé poço dulçe nin fuente perenal,
desque vi la mi bolsa que se parava mal,
dixe: «Mi casilla e mi fogar çient sueldos val.»
Torné para mi casa luego al terçero día,
mas non vine por Loçoya, que joyas non traía,
coydé tomar el puerto que es de la Fuentfría,
erré todo el camino, como quien lo non sabía.
Por el pinar ayuso fallé una vaquera,
que guardaba sus vacas en aquesa ribera;
«Homíllome», dixe yo, «serrana falaguera,
o morarme he con vusco, o mostradme la carrera.»
«Seméjasme», dis' «sandio, que ansí te convidas;
non te llegues a mí, ante lo comidas,
si non, yo te faré que mi cayada midas,
si en lleno te cojo, bien tarde la olvidas.»
Como dise la fabla, del que de mal nos quita,
escarba la gallina, et falla su pepita:
probeme de llegar a la chata maldita,
diome con la cayada en la oreja fita.
Derribome la cuesta a yuso, et caí estordido,
allí probé, que era mal golpe el del oído:
«Confonda Dios», dixe yo, «cigüeña en el exido,
que de tal guisa coge çigoñinos en nido.»
Desque ovo en mí puesto las sus manos iradas,
dixo la descomulgada: «Non pises las aradas,
»non te ensañes del juego, que esto a las vegadas
cohiérense en uno las buenas dineradas.»
Dis': «Entremos a la cabaña, Ferruso non lo entienda,
»meterte he por camino, e avrás buena merienda:
»liévate dende, cornejo, non busques más contienda.»
Desque la vi pagada, levanteme corrienda.
Tomome por la mano, e fuémosnos en uno,
era nona pasada, e yo estaba ayuno
desque en la choça fuimos, non fallamos ninguno;
díxome que jugasemos el juego por mal de uno.
«Pardiós», dixe yo, «amiga, más querría almorsar,
»que ayuno et arresido non ome podría jugar,
si ante non comiese, non podría bien baylar.»
Non se pagó del dicho, e quísome amenasar.
Pensó de mí et della: dixe yo: «Agora se prueba,
»que pan et vino juega, que non camisa nueva.»
Escoté la merienda, e partime d'algueva,
díxele que me mostrase la senda, que es nueva.
Rogome que fincase con ella esa tarde,
ca mala es de amatar el estopa de que arde.
Díxele yo: «Estó de priesa, si Dios de mal me guarde.»
Asañose contra mí, resçelé e fui cobarde.
Sacome de la choça, et llegome a dos senderos
ambos son bien usados, e ambos son camineros,
andé lo más que pud' aína los oteros,
llegué con el sol templano al aldea de Ferreros.
D'esta burla pasada fis' un cantar atal,
non es mucho fermoso, creo que nin comunal,
fasta que el libro entiendas, d'él bien non digas nin mal,
ca tú entenderás uno, e el libro dise ál.