Libro de Buen Amor: 082
Enxiemplo del gallo que falló el çafir en el muladar
Andava en el muladar el gallo ajevio,
estando escarvando mañana con el frío
falló çafir culpado, mejor ome non vido,
espantose el gallo, díxol' como sandio:
'Más querría de uvas o de trigo un grano,
que a ti nin a çiento, tales en la mi mano.'
El çafir diol' respuesta: 'Bien te digo, villano,
que si me conoçieses, tú andarías loçano.
Si a mí hoy fallase quien fallar me devía,
si aver me podiese el que me conosçía,
al que el estiércol cubre mucho resplandeçería,
non entiendes tú nin sabes quánto yo meresçía.'
Muchos leen el libro teniéndolo en poder,
que non saben que leen, nin lo pueden entender,
tienen algunas cosas preçiadas e de querer,
que non les ponen honra, la qual devían aver.
A quien da Dios ventura, e non la quiere tomar
non quiere valer algo, nin saber, nin pujar,
aya mucha laseria, e coyta, e trabajar,
contésçel' como al gallo que escarva en el muladar.
Bien así acaesçe a vos, doña Garoça,
queredes en convento más agua con la orça,
que con taças de plata, e estar a la roça
con este mançebillo que vos tornaría moça.
Comedes en convento sardinas e camarones,
verçuelas, e laseria, e los duros caçones:
dexades del amigo perdises et capones,
perdédesvos coytadas mugeres sin varones.
Con la mala vianda, con las saladas sardinas,
con sayas de estameña comedes vos mesquinas,
dexades del amigo las truchas, las gallinas,
las camisas fronçidas, los paños de Melinas.»
Díxol' doña Garoza: «Hoy más non te diré:
»en lo que tú me dises en ello pensaré;
»ven cras por la respuesta e yo te la daré,
»lo que mejor lo viere de grado lo faré.»
Otro día la vieja fuese a la mongía,
et falló a la dueña, que en la misa seía:
«¡Yuy yuy», dixo, señora, «que negra ledanía!
en aqueste roído vos fallo cada día.
O vos fallo cantando, o vos fallo leyendo,
o las unas con las otras contendiendo, reñiendo,
nunca vos he fallado jugando nin reyendo,
verdat dise mi amo a como yo entiendo.
Mayor roído fasen, más veses sin recabdo
dies ánsares en laguna, que çient bueyes en prado;
dexat eso, señora, direvos un mandado,
pues la misa es dicha, vayamos al estrado.»
Alegre va la monja del coro al parlador,
alegre va el frayle de terçia al refitor,
quiere oír la monja nuevas del entendedor,
quiere el frayle goloso entrar en el tajador.
«Señora », dis la vieja, «direvos un juguete,
non me contesca como al asno contesçió con el blanchete,
que él vio con su señora jugar en el tapete,
direvos la fablilla, si me dades un risete: