Libro de Buen Amor: 091
De las figuras del arçipreste II
De lo que cumple al fecho aqueste le desit,
lo que cras le fablardes vos hoy lo comedit.
A la misa de mañana vos en buena hora id,
enamorad a la monja, e luego vos venid.»
Yo l' dixe: «Trotaconventos, ruégote, mi amiga,
que lieves esta carta ante que gelo yo diga,
e si en la respuesta non te dixiere enemiga,
puede ser que de la fabla otro fecho se siga.»
Levol' una mi carta a la misa de prima,
tróxome buena respuesta de la fermosa rima,
guardas teníe la monja más que la mi esgrima,
pero de buena fabla vino la buena çima.
En'l nombre de Dios fui a misa de mañana,
vi estar a la monja en oraçión loçana,
alto cuello de garça, color fresco de grana,
desaguisado fiso quien le mandó vestir lana.
¡Valme Santa María! mis manos aprieto;
¿quién dio a blanca rosa hábito, velo prieto?
Más valdríe a la fermosa tener fijos e nieto,
que atal velo prieto, nin que hábitos çiento.
Pero que sea errança contra nuestro Señor,
el pecado de monja a omne doñeador.
¡Ay Dios! e yo lo fuese aqueste pecador,
que feçiese penitençia desto fecho error.
Oteome de unos ojos, que paresçían candela:
yo sospiré por ellos, dis' mi corazón: «¡Hela!»
Fuime para la dueña, fablome e fablela,
enamorome la monja, e yo enamorela.
Resçibiome la dueña por su buen servidor,
siempre l' fui mandado e leal amador,
mucho de bien me fiso con Dios en limpio amor,
en quanto ella fue viva, Dios fue mi guiador.
Con mucha oraçión a Dios por mí rogava,
con la su abstinençia mucho me ayudava,
la su vida muy limpia en Dios se deleytava,
en locura del mundo nunca se trabajava.
Para tales amores son las religiosas,
para rogar a Dios con obras piadosas,
que para amor del mundo mucho son peligrosas,
et son las escuseras, peresosas, mentirosas.
Atal fue mi ventura, que dos meses pasados
murió la buena dueña, ove menos cuydados,
a morir an los hombres que son o serán nados,
Dios perdone su alma a los nuestros pecados.
Con el mucho quebranto fis' aquesta endecha,
con pesar e tristesa non fue tan sotil fecha,
emiéndela todo omen, e quien buen amor pecha,
que yerro et mal fecho emienda non desecha.