Los baños de ArgelLos baños de ArgelMiguel de CervantesJornada I
Jornada I
CAURALI, capitán de Argel;
YZUF, renegado;
otros cuatro MOROS, que se señalan así: 1, 2, 3, 4.
YZUF
De en uno en uno y con silencio vengan,
que ésta es la trocha, y el lugar es éste,
y a la parte del monte más se atengan.
CAURALI
Mira, Yzuf, que no yerres, y te cueste
la vida el no acertar.
YZUF
Pierde cuidado; 5
haz que la gente el hierro y fuego apreste.
CAURALI
¿Por dó tienes, Yzuf, determinado
que demos el asalto?
YZUF
Por la sierra,
lugar que, por ser fuerte, no es guardado.
Nací y crecí, cual dije, en esta tierra, 10
y sé bien sus entradas y salidas
y la parte mejor de hacerle guerra.
CAURALI
Ya vienen las escalas prevenidas,
y están las atalayas hasta agora
con borrachera y sueño entretenidas. 15
YZUF
Conviene que los ojos de la aurora
no nos hallen aquí.
CAURALI
Tú eres el todo:
guía, y embiste, y vence.
YZUF
Sea en buen hora,
y no se rompa en cosa alguna el modo
que tengo dado; que con él, sin duda, 20
a daros la victoria me acomodo,
primero que socorro alguno acuda.
Entranse. Suena dentro vocería de moros; enciéndese hachos, pónese fuego al lugar, sale un VIEJO a la muralla medio desnudo y dice:
[VIEJO]
¡Válame Dios! ¿Qué es esto?
¿Moros hay en la tierra?
¡Perdidos somos, triste! 25
¡Vecinos, que os perdéis; al arma, al arma!
De los atajadores
la diligencia ha sido
aquesta vez burlada;
las atalayas duermen, todo es sueño. 30
¡Oh si mis prendas caras,
cual un cristiano Eneas,
sobre mis flacos hombros
sacase deste incendio a luz segura!
¿Que no hay quien grite al arma? 35
¿No hay quien haga pedazos
esas campanas mudas?
¡A socorreros voy, amados hijos!
Entrase.
Sale el SACRISTAN a la muralla,
con una sotana vieja y un paño de tocar.
SACRISTAN
Turcos son, en conclusión.
¡Oh torre, defensa mía!, 40
ventaja a la sacristía
hacéis en esta ocasión.
Tocar las campanas quiero,
y gritar apriesa al arma;
Toca la campana.
el corazón se desarma 45
de brío, y de miedo muero.
Ningún hacho en la marina
ninguna atalaya enciende,
señal do se comprehende
ser cierta nuestra rüina. 50
Como persona aplicada
a la Iglesia, y no al trabajo,
mejor meneo el badajo
que desenvaino la espada.
Torna a tocar y éntrase. Salen al teatro CAURALI, YZUF y otros dos MOROS.
YZUF
Por esta parte acudirán, sin duda, 55
los que del monte quieran ampararse;
sosiégate, y verás medrosa y muda
gente que viene por aquí a salvarse;
y, antes que aquella del socorro acuda,
conviene que se acuda al retirarse. 60
CAURALI
¿Los bajeles no están bien a la orilla?
MORO 1
Y estibados de gusto y de mancilla.
Sale el VIEJO que salió a la muralla, con un niño en brazos medio desnudo y otro pequeño de la mano.
PADRE
¿Adónde os llevaré, pedazos vivos
de mis muertas entrañas? Si a ventura
tendría, antes que fuésedes cautivos, 65
veros en una estrecha sepultura.
CAURALI
De aquesos tus discursos pensativos
te sacará mi espada, que procura,
sin acudir al gusto de tu muerte,
darte la vida y ensalzar mi suerte. 70
FRANCISQUITO
¿Para qué me sacó, padre, del lecho?
¡Que me muero de frío! ¿Adónde vamos?
Llégueme a mí, como a mi hermano, al pecho.
¿Cómo tan de mañana madrugamos?
PADRE
¡Oh, deste inútil tronco ya y deshecho, 75
tiernos, amables y hermosos ramos!
No sé dó voy; aunque, si bien se advierte,
deste camino el fin será mi muerte.
CAURALI
Llévalos tú, Bairán, a la marina,
y mira bien que esté la armada a punto, 80
porque, según os muestra la bocina,
la esposa de Titón ya viene junto.
Entrase el VIEJO; sale el SACRISTAN.
PADRE
Huir el mal que el Cielo determina,
es trabajo escusado.
SACRISTAN
Yo barrunto,
si el cielo mi agudeza no socorre, 85
que estaba más seguro yo en mi torre.
¿Quién me engañó? Y más si, a dicha, yerro
el camino o atajo de la sierra.
CAURALI
¡Camina, perro, a la marina!
SACRISTAN
¿Perro?
Agora sé que fue mi madre perra. 90
CAURALI
Aguija tú con él, y zarpe el ferro
la capitana, y vaya tierra a tierra,
hasta la cala donde dimos fondo.
Entrase el MORO y el SACRISTAN.
[YZUF]
¿Qué es lo que dices Cauralí?
MORO 2
Yo no respondo.
YZUF
Escucha, Cauralí, que me parece 95
que una trompeta a mis oídos suena.
CAURALI
Sin duda, es el temor el que te ofrece
el son que tus bravezas desordena.
YZUF
Toca tú a recoger, que ya amanece,
y está tu armada de despojos llena, 100
y creo que el socorro se avecina.
¡A la marina!
CAURALI
¡Hola, a la marina!
Entranse. Suena una trompeta bastarda; salen cuatro MOROS, uno tras otro, cargados de despojos.
[MORO] 1
Aunque la carga es poca, es de provecho.
[MORO] 2
Yo no sé lo que llevo, pero vaya.
[MORO] 3
Lo que hasta aquí está hecho, está bien hecho. 105
[MORO] 4
¡Permita Alá que esté libre la playa!
Sale un MORO con una doncella, llamada COSTANZA, medio desnuda.
COSTANZA
Saltos el corazón me da en el pecho;
falta el aliento, el ánimo desmaya.
Llévame más despacio.
MORO
¡Aguija, perra,
que el mar te aguarda!
COSTANZA
¡Adiós, mi cielo y tierra! 110
Entrase COSTANZA. Sale UNO a la muralla.
UNO
¡A la marina, a la marina, amigos,
que los turcos se embarcan muy apriesa!
Si aguijáis, dejarán los enemigos
la mal perdida y mal ganada presa.
Entra un ARCABUCERO cristiano.
ARCABUCERO
Sólo habremos llegado a ser testigos 115
de que Troya fue aquí.
OTRO
¡Fortuna aviesa,
pon alas en mis pies, fuego en mis manos!
OTRO
Nuestros ahíncos han salido vanos,
porque ya los turcos son embarcados
y en jolito se están cerca de tierra. 120
Entra el CAPITAN cristiano.
CAPITAN
¡Oh! ¡Mal hayan mis pies, acostumbrados,
más que a la arena, a riscos de la sierra!
¿Qué han hecho los jinetes?
UNO
Desmayados
llegaron los caballos tierra a tierra,
a tiempo que zarpaban las galeras, 125
y tras ellos llegaron tres banderas.
Los dos atajadores de la playa
muertos hallé de arcabuzazos, creo.
La oscuridad disculpa al atalaya
del mísero suceso que aquí veo. 130
OTRO
¿Qué habemos de hacer?
CAPITAN
La gente vaya
tomando por el monte algún rodeo,
y embósquese en la cala allí vecina,
por ver lo que el cosario determina.
UNO
¿Qué ha de determinar, si no es tornarse 135
a Argel, pues que su intento ha conseguido?
CAPITAN
¿Quién puede a tan gran hecho aventurarse?
OTRO
Si él es Morato Arráez, es atrevido;
cuanto más, que bien puede imaginarse
que de algún renegado fue traído, 140
plático desta tierra.
CAPITAN
Désta hay uno
que en ser traidor no se le iguala alguno.
¿Adónde está mi hermano?
UNO
Llegó apenas,
cuando, despavorido y sin aliento,
se arrojó en el lugar.
CAPITAN
Hallará estrenas 145
triste[s] de su esperado casamiento.
Parece en la muralla DON FERNANDO.
D. FERNANDO
Puntas de cristal claro, y no de almenas,
murallas de bruñido y rico argento
que guardastes un tiempo mi esperanza,
¿dónde hallaré, decidme, a mi Costanza? 150
Techos que vomitáis llamas teosas,
calles de sangre y lágrimas cubiertas,
¿adónde de mis glorias ya dudosas
está la causa, y de mis penas ciertas?
Descubre, ¡oh sol!, tus hebras luminosas; 155
abre ya, aurora, tus rosadas puertas;
dejadme ver el mar, donde navega
el bien que el cielo por mi mal me niega.
CAPITAN
Vámosle a socorrer, no desespere;
que en lo que dice da de loco indicio. 160
UNO
Bien dices; vamos, que su mal requiere
fuerte y apresurado veneficio.
Entranse.
D. FERNANDO
Mas, ¿qué digo, cuitado? Bien se infiere
de las reliquias deste maleficio
que va cautiva mi querida prenda, 165
y es bien que a dalle libertad atienda.
Entrase DON FERNANDO, y parece el CAPITAN en la muralla con otro soldado.
Desde aquel risco levantado, quiero
hacer señal; quizá querrá el vil moro
trocar la hermosura por dinero
a quien no pagará ningún tesoro. 170
CAPITAN
Ya no está aquí mi hermano; el dolor fiero
temo que no le saque del decoro
que debe a ser quien es. ¡Oh caso estraño!
UNO
Señor, por allí va, si no me engaño.
Entrase el CAPITAN; sale DON FERNANDO, y va subiendo por un risco.
D. FERNANDO
Subid, ¡oh pies cansados!; 175
llegad a la alta cumbre
desta encumbrada y rústica aspereza,
si ya de mis cuidados
la inmensa pesadumbre
no os detiene en mitad de su maleza. 180
Ya a descubrir se empieza
la máquina terrible
que con ligero vuelo
la carga de mi cielo
lleva en su vientre tragador y horrible; 185
ya las alas estiende,
ya le ayudan los pies, ya al curso atiende.
No será de provecho
esta señal que muestro
de rescate, de paz y de alianza; 190
ni la voz de mi pecho,
aunque a gritar me adiestro,
ha de alcanzar do mi deseo alcanza.
¿Ah, mi amada Costanza!
¡Ah, dulce, honrada esposa! 195
No apliques los oídos
a ruegos descreídos,
ni a la fuerza agarena poderosa
os entreguéis rendida,
que aún yo para la vía tengo vida. 200
Volved, volved, tiranos,
que de vuestra codicia
ofrezco de llenar con gusto y gloria
los senos; y las manos,
ajenas de avaricia, 205
sin duda aumentarán vuestra victoria.
Volved, que es vil escoria
cuanto lleváis robado,
si no lleváis los dones
que os ofrezco a montones 210
en cambio de mi sol, que va eclipsado
entre las pardas nubes
que tú del mar, ¡oh blando cierzo!, subes.
De Arabia todo el oro,
del Sur todas las perlas, 215
la púrpura de Tiro más preciosa,
con liberal decoro
ofrezco, aunque el tenerlas
os venga a parecer dificultosa.
Si me volvéis mi esposa, 220
un nuevo mundo ofrezco,
con todo cuanto encierra
todo el cielo y la tierra.
Locuras digo; mas, pues no merezco
alcanzar esta palma, 225
llevad mi cuerpo, pues lleváis mi alma.
Arrójase del risco.
Sale el GUARDIAN BAJI
y un CAUTIVO con papel y tinta.
GUARDIAN
¡Hola; al trabajo, cristianos!
No quede ninguno dentro;
así enfermos como sanos,
no os tardéis, que, si allá entro, 230
pies os pondrán estas manos.
Que trabajen todos quiero,
ya [pá]paz, ya caballero.
¡Ea, canalla soez!
¿Heos de llamar otra vez? 235
Sale un CAUTIVO, y van saliendo de mano en mano los que pudieren.
UNO
Yo quiero ser el primero.
GUARDIAN
Este a la leña le asienta;
éste vaya a la marina;
ten en todo buena cuenta;
treinta aquel burche encamina, 240
y a la muralla sesenta;
veinte al horno, y diez envía
a casa de Cauralí.
Y abrevia, que se va el día.
ESCLAVO
Por cuarenta envió el cadí; 245
dárselos es cortesía.
GUARDIAN
Y aun fuerza. En eso no pares;
enviarás otros dos pares
a los ladrillos de ayer.
ESCLAVO
Para todos hay qué hacer, 250
aunque fueran dos millares.
¿Dónde irán los caballeros?
GUARDIAN
Déjalos hasta mañana,
que serán de los primeros.
ESCLAVO
¿Y si pagan?
GUARDIAN
Cosa es llana 255
que hay sosiego do hay dineros.
ESCLAVO
Yo con ellos me avendré,
de modo que se te dé
gusto y honesta pitanza.
GUARDIAN
Despacha a la maestranza. 260
ESCLAVO
Ve con Dios, que sí haré.
Entrase. Salen don LOPE y VIVANCO, cautivos, con sus cadenas a los pies.
D. LOPE
Ventura, y no poca, ha sido
haber escapado hoy
del trabajo prevenido.
VIVANCO
Cuando no trabajo, estoy 265
más cansado y más molido.
Para mí es grave tormento
este estrecho encerramiento,
y es alivio a mi pesar
ver el campo o ver la mar. 270
D. LOPE
Pues yo en verlo me atormento,
porque la melanconía
que el no tener libertad
encierra en el alma mía,
quiere triste soledad 275
más que alegre compañía.
Trabajar y no comer,
bien fácil se echa de ver
que son pasos de la muerte.
Sale un CRISTIANO cautivo, que viene huyendo del GUARDIAN, que viene tras él dándole de palos.
GUARDIAN
¡Oh chufetre! ¿Desta suerte 280
siempre os habéis de esconder?
Que os criastes en regalo,
inútil perro, barrunto.
CRISTIANO
¡Por Dios, fende, que estoy malo!
GUARDIAN
Pues yo os curaré en un punto 285
con el sudor deste palo.
CRISTIANO
Con calentura contina,
que me turba y desatina,
estoy ha más de dos días.
Entranse, dándole de palos, estos dos.
GUARDIAN
¿Y por eso te escondías? 290
CRISTIANO
Sí, fende.
GUARDIAN
¡Perro, camina!
D. LOPE
¡Por Dios, que es un buen soldado,
y no lo hace de vicio
el mísero apaleado!
VIVANCO
Mirad, pues, qué veneficio 295
ha en su enfermedad hallado.
¿No es notable desatino
que está un cautivo vecino
a la muerte y no le creen?
Y, cuando muerto le ven, 300
dicen: "¡Gualá, que el mezquino
estaba malo, sin duda!"
¡Oh canalla fementida,
de toda piedad desnuda!
¿Quién, al perder de la vida, 305
queréis que al mentir acuda?
De nuestra calamidad
con vuestra incredulidad,
la muerte es testigo cierto;
más creéis a un hombre muerto, 310
que al vivo de más verdad.
D. LOPE
Alza los ojos y atiende
a aquella parte, Vivanco,
y mira si comprehende
tu vista que un paño blanco 315
de una luenga caña pende.
Parece una caña, atado un paño blanco en ella, con un bulto.
VIVANCO
Bien dices, y atado está.
Quiérome llegar allá
para ver esta hazaña.
¡Por Dios, que se alza la caña! 320
D. LOPE
Ve, quizá se abajará.
VIVANCO
No es para mí esta aventura,
don Lope; ven tú a proballa,
que no sé quién me asegura
que han de venir a alcanzalla 325
las manos de tu ventura.
D. LOPE
Algún muchacho habrá puesto
cebo o lazo allí dispuesto
para cazar los vencejos.
VIVANCO
No está hondo, ni está lejos; 330
ven, y verémoslo presto.
¿No ves cómo se te inclina
la caña? ¡Vive el Señor,
que ésta es cosa peregrina!
D. LOPE
En el trapo está el favor. 335
VIVANCO
Si es favor, desata aína.
D. LOPE
Once escudos de oro son;
entrellos viene un doblón
que parece necesario
paternóster del rosario. 340
VIVANCO
¡Bien propria comparación!
D. LOPE
La caña se tornó a alzar.
¿Qué maná del cielo es ésta?
¿Qué Abacuc nos vino a dar
en nuestra prisión la cesta 345
deste que es más que manjar?
VIVANCO
¿Por qué, don Lope, no acudes
a dar gracias y saludes
a quien hizo esta hazaña?
¡Oh caña, de hoy más no caña, 350
sino vara de virtudes!
D. LOPE
¿A quién quieres que las dé,
si en aquella celosía
estrecha nadie se ve?
VIVANCO
Pues alguien aquesto envía. 355
D. LOPE
Claro está, mas quién, no sé.
Quizá será renegada
cristiana la que se agrada
de mostrarse compasiva,
o ya cristiana cautiva 360
en esta casa encerrada.
Mas, quienquiera que ella sea,
es bien que las apariencias
de agradecidos nos vea:
hazle dos mil reverencias, 365
porque nuestro intento crea;
yo a lo morisco haré
ceremonias, por si fue
mora la que hizo el bien.
Entra HAZEN, renegado.
D. LOPE
Calla, porque viene Hazén. 370
VIVANCO
¡Noramala venga el pe...!
Las dos erres y la o
me como contra mi gusto.
D. LOPE
Creo, por Dios, que te oyó.
VIVANCO
Si él me oyó, por Dios, fue justo 375
no acabar su nombre yo.
HAZEN
Con vuestras dos firmas solas
pisaré alegre y contento
las riberas españolas;
llevaré propicio el viento, 380
manso el mar, blandas sus olas.
A España quiero tornar,
y a quien debo confesar
mi mozo y antiguo yerro;
no como Yzuf, aquel perro 385
que fue a vender su lugar.
Dales un papel escrito.
Aquí va cómo es verdad
que he tratado a los cristianos
con mucha afabilidad,
sin tener en lengua o manos 390
la turquesca crueldad;
cómo he a muchos socorrrido;
cómo, niño, fui oprimido
a ser turco; cómo voy
en corso, pero que soy 395
buen cristiano en lo escondido,
y quizá hallaré ocasión
para quedarme en la tierra,
para mí, de promisión.
D. LOPE
Es la enmienda en el que yerra 400
arras de su salvación.
Echaremos de buen grado
las firmas que nos pedís,
que ya está experimentado
ser verdad cuanto decís, 405
Hazén, y que sois honrado.
Y quiera el cielo divino
que os facilite el camino
como vos lo deseáis.
VIVANCO
A mucho os determináis. 410
HAZEN
Pues a más me determino;
que he de procurar alzar
la galeota en que voy.
D. LOPE
¿Cómo lo pensáis trazar?
HAZEN
Ya con otros cuatro estoy 415
convenido.
VIVANCO
Temo azar,
si es que entre muchos se sabe:
que no hay cosa que se acabe
aquí en Argel sin afrenta
cuando a muchos se da cuenta. 420
HAZEN
En los que digo, más cabe.
D. LOPE
¿Sabrías decir, Hazén,
quién mora en aquella casa?
HAZEN
¿En aquella?
VIVANCO
Sí.
HAZEN
Muy bien.
Un moro de buena masa, 425
principal y hombre de bien,
y rico en estremo grado;
y, sobre todo, le ha dado
el cielo una hija tal,
que de belleza el caudal 430
todo en ella está cifrado.
Muley Maluco apetece
ser su marido.
D. LOPE
Y el moro
¿qué dice?
HAZEN
Que la merece,
no por rey, mas por el oro 435
que en la dote el rey ofrece:
que en esta nación confusa
que dé el marido se usa
la dote, y no la mujer.
VIVANCO
¿Y ella está del parecer 440
del padre?
HAZEN
No lo rehúsa.
D. LOPE
¿Está acaso alguna esclava,
ya renegada o cristiana,
en esta casa?
HAZEN
Una estaba
años ha, llamada Juana. 445
Sí, sí; Juana se llama[ba],
y el sobrenombre tenía,
creo, que de Rentería.
D. LOPE
¿Qué se hizo?
HAZEN
Ya murió,
y a aquesta mora crió 450
que denantes os decía.
Ella fue una gran matrona,
archivo de cristiandad,
de las cautivas corona;
no quedó en esta ciudad 455
otra tan buena persona.
Los tornadizos lloramos
su falta, porque quedamos
ciegos sin su luz y aviso.
Por cobralla, el cielo quiso 460
que la perdiesen sus amos.
D. LOPE
Vete en paz, y aquesta tarde
ven por tus firmas, Hazén.
Vase. Entrase HAZEN.
HAZEN
La Trinidad toda os guarde.
VIVANCO
Bien podemos deste bien 465
hacer otra vez alarde.
¿Cuántos son?
D. LOPE
¿Once no dije?
Pero lo que aquí me aflige
es no ver [a] quien los dio.
VIVANCO
¿Quién? Para mí tengo yo 470
que fue Aquél que el cielo rige,
que por no vistos caminos
su pródiga mano acorre
a los míseros mezquinos;
y ansí, a nosotros socorre, 475
aunque de tal gracia indignos.
Parece la caña otra vez, con otro paño de más bulto.
Mira que otra vez asoma
la caña.
D. LOPE
Trabajo toma
de ir a ver si se te inclina.
VIVANCO
Aquesta pesca es divina, 480
aunque sea de Mahoma.
Mas, apenas muevo el pie
hacia allá, cuando levantan
la caña, y no sé por qué;
si es que de mí se espantan, 485
díganlo y me volveré.
Para ti, amigo, se guarda
esta ventura gallarda;
ven y veremos lo que es;
y no empereces los pies, 490
que, si el bien llega, no tarda.
Inclínase la caña a don LOPE, y desata el paño.
D. LOPE
Más peso tiene, a mi ver,
que el de denantes aquéste.
VIVANCO
Más numos debe de haber.
D. LOPE
¡Ta, ta, billetico es éste! 495
VIVANCO
¿Quiéresle agora leer?
Mira si es oro o argento,
primero, que de contento
estoy para reventar.
¿Que no lo queréis mirar? 500
Pónese don LOPE a leer el billete; y, antes que le acabe de leer, dice:
D. LOPE
¡Por Dios, que pasan de ciento,
y son los más de a dos caras!
VIVANCO
¿Para qué a leer te paras?
A contarlos te apresura.
D. LOPE
Cierto que es esta aventura 505
rarísima entre las raras.
VIVANCO
¿Qué es lo que dice el papel?
D. LOPE
En lo poco que he leído,
milagros he visto en él.
VIVANCO
Oye, que siento ruido. 510
D. LOPE
Gente viene de tropel;
en el rancho nos entremos,
adonde a solas podremos
ver lo que el billete dice.
VIVANCO
¿Despedístete?
D. LOPE
Sí hice. 515
VIVANCO
Desorejado tenemos.
Sale el GUARDIAN BAJI y un moro llamado CARAHOJA, y un CRISTIANO atadas las orejas con un paño sangriento, como que las trae cortadas.
CARAHOJA
¿No os dije, perro insensato,
que, si huíades por tierra,
que os haría aqueste trato?
CRISTIANO
Es grande el gusto que encierra 520
voz de libertad.
CARAHOJA
¡Oh ingrato!
Por la mar te he aconsejado
que huyas; mas tú, malvado,
que en los estorbos no miras,
siempre a huir por tierra aspiras. 525
CRISTIANO
Hasta quedar enterrado.
CARAHOJA
Tres veces por tierra ha huido
este perro, y treinta doblas
di aquellos que le han traído.
CRISTIANO
Si las prisiones no doblas, 530
haz cuenta que me has perdido:
que, aunque me desmoches todo,
y me pongas de otro modo
peor que éste en que me veo,
tanto el ser libre deseo, 535
que a la fuga me acomodo
por la tierra o por el viento,
por el agua y por el fuego;
que, a la libertad atento,
a cualquier cosa me entrego 540
que me muestre este contento.
Y, aunque más te encolerices,
respondo a lo que me dices,
que das en mi huida cortes,
que no importa el ramo cortes, 545
si no arrancas las raíces.
Si no me cortas los pies,
al huirme no hay reparo.
GUARDIAN
Carahoja, ¿éste no es
español?
CARAHOJA
¿Pues no está claro? 550
¿En su brío no lo ves?
GUARDIAN
Por Alá, que, aunque esté muerto,
estás de guardallo incierto.
¡Entrate, perro, a curar!
Aqueste le habrás de dar 555
a la limosna.
CARAHOJA
Está cierto.
Entrase el CRISTIANO.
GUARDIAN
Oye, que un tiro han tirado
en la mar.
CARAHOJA
No le he sentido.
Entra un CAUTIVO.
CAUTIVO
Fendi, Cauralí es llegado,
y viene, según he oído, 560
rico, próspero y honrado;
y el rey sale a la marina,
que ver allí determina
los cautivos y el despojo.
GUARDIAN
¿Quieres venir?
CARAHOJA
Yo estoy cojo. 565
GUARDIAN
Pues poco a poco camina.
Entranse. Vuelven a salir DON LOPE y VIVANCO.
VIVANCO
Léele otra vez, que me admira
la sencillez que contiene
y el grande intento a que aspira.
D. LOPE
Mira bien si alguno viene, 570
y a esta parte te retira.
El billete dice así;
en toda mi vida vi
razones así sencillas.
¡Estas son tus maravillas, 575
gran Señor!
VIVANCO
Acaba, di.
Lee el billete DON LOPE.
[D. LOPE]
Mi padre, que es muy rico, tuvo por cautiva a una cristiana, que me dio leche y me enseñó todo el cristianesco. Sé las cuatro oraciones, y leer y escribir, que ésta es mi letra. Díjome la cristiana que Lela Marién, a quien vosotros llamáis Santa María, me quería mu-cho, y que un cristiano me había de llevar a su tierra. Muchos he visto en ese baño por los agujeros desta celosía, y ninguno me ha parecido bien, sino tú. Yo soy hermosa, y tengo en mi poder muchos dineros de mi padre. Si quieres, yo te daré muchos para que te rescates, y mira tú cómo podrás llevarme a tu tierra, donde te has de casar conmigo; y, cuando no quisieres, no se me dará nada: que Lela Marién tendrá cuidado de darme marido. Con la caña me podrás responder cuando esté el baño sin gente. Envíame a decir cómo te llamas, y de qué tierra eres, y si eres casado; y no te fíes de ningún moro ni renegado. Yo me llamo Zara, y Alá te guarde.
¿Qué te parece?
VIVANCO
Que el cielo
se nos descubre en la tierra
en este tan santo celo.
D. LOPE
Sin duda, en Zara se encierra 580
toda la bondad del suelo.
VIVANCO
Quizá nos está mirando.
Vuelve, y haz, de cuando en cuando,
señales de agradecido.
Mas, ¿en qué te has suspendido? 585
D. LOPE
La respuesta estoy pensando.
VIVANCO
¿Pues hay más que responder,
sino que harás todo cuanto
fuere al caso menester?
Entra HAZEN.
D. LOPE
Hazén vuelve.
HAZEN.
Estimo en tanto 590
el bien que me habéis de hacer,
que, hasta tenerle en mi pecho,
no puedo tener sosiego.
Vuélvele el papel.
D. LOPE
Amigo Hazén, ya está hecho;
y, así como yo os lo entrego 595
con gusto, os haga el provecho.
VIVANCO
¿Es verdad que ya ha llegado
Cauralí?
HAZEN
Ya se ha mostrado
al cabo de Metafús.
D. LOPE
¿En qué piensas?
HAZEN
Ahora, ¡sus!, 600
yo he de ver al renegado
y decirle de mí a él
quién es.
VIVANCO
¿Por Yzuf dirás?
HAZEN
Por ese perro cruel
digo.
D. LOPE
Pues muy mal harás 605
en tomarte, Hazén, con él.
VIVANCO
Déjale; Dios le maldiga.
HAZEN
El alma se me fatiga
en ver que este perro infame
su sangre venda y derrame 610
como si fuera enemiga.
Dios me ayude, a Dios quedad,
que jamás no me veréis,
y Dios os dé libertad.
VIVANCO
¡Mirad, Hazén, lo que hacéis! 615
Entrase HAZEN.
HAZEN
¡Dios mueve mi voluntad!
VIVANCO
¿Apostaréis que se toma,
según la ira le doma,
con Yzuf?
D. LOPE
Ya le acabase,
porque del suelo quitase 620
este rayo de Mahoma.
¿No será bien que escribamos,
por si otra vez se aparece
esta estrella que miramos?
VIVANCO
Así a mí me lo parece, 625
ya, y ahora.
D. LOPE
Vamos.
VIVANCO
Vamos.
Entranse. Sale HAZAN BAJA, rey de Argel, y el CADI y CARAHOJA, y HAZEN, el GUARDIAN BAJI y otros MOROS de acompañamiento; suenan chirimías y grita de desembarcar.
BAJA
¡Bueno viene Cauralí!
De alegría da gran muestra.
¿Qué dices, guardián Bají?
GUARDIAN
De su industria y de su diestra 630
siempre estos efecto vi;
es valiente, y fue guiado
por un bravo renegado.
BAJA
¿No fue Yzuf?
GUARDIAN
Yzuf se llama,
a quien pregona la fama 635
por buen moro y buen soldado.
Entran CAURALI y YZUF.
CAURALI
Dame tus pies, fuerte Hazán,
como mi rey y señor.
BAJA
Mis pies por jamás se dan
a labios de tal valor 640
y a tan bravo capitán.
Del suelo os alzad.
YZUF
A mí
darás lo que a Cauralí
niegas con justa razón.
BAJA
De entrambos mis brazos son. 645
CADI
Y también los del cadí.
En buen hora seas venido.
CAURALI
En la mesma estés.
CADI
Pues bien:
¿haos España enriquecido?
Porque lo suele hacer bien 650
con el cosario atrevido.
YZUF
Mi pueblo se saqueó,
y, aunque poca, en él se halló
ganancia y algún cautivo.
HAZEN.
¡Oh, más que Nerón esquivo, 655
ni al que a Cicilia asoló!
BAJA
Haz venir alguno dellos
en mi presencia, y advierte
que sean de los más bellos.
CAURALI
Yo mesmo, por complacerte, 660
quiero ir, señor, a traellos.
Entrase CAURALI.
BAJA
¿Cuántos serán?
YZUF
Ciento y veinte.
BAJA
¿Hay entre ellos buena gente
para el remo? ¿Hay oficiales?
YZUF
Yo creo que vienen tales, 665
que el más ruin más te contente.
CADI
¿Hay muchachos?
YZUF
Dos no más;
pero de belleza estraña,
como presto lo verás.
CADI
Hermosos los cría España. 670
[YZUF]
Pues désto[s] te admirarás.
Y son, a lo que imagino,
uno y otro mi sobrino.
CADI
Hasles hecho un gran favor.
HAZEN
¿Que tal hiciste, traidor, 675
alma fiera de Ezino?
Vuelve CAURALI con el PADRE, que trae al niño de la mano y otro chiquito en los brazos, que no ha de hablar; y vienen asimismo el SACRISTAN, DON FERNANDO y otros DOS CAUTIVOS.
CAURALI
De aquestos dos niños creo
que este honrado viejo es padre.
YZUF
El mío en su rostro veo.
BAJA
¿Viene cautiva su madre? 680
CAURALI
No, señor.
CADI
Este no es feo.
BAJA
Son muy chiquitos.
CAURALI
Con todo,
con el tiempo me acomodo,
sin que lo estorbe su Roma,
dar dos pajes a Mahoma 685
que le sirvan a su modo.
PADRE
¡Cuitado! ¿Qué es lo que escucho?
CADI
Llegad éste acá.
PADRE
Señor,
no nos aparte; ya lucho
con los brazos del temor, 690
y venceránme, que es mucho.
CAURALI
Este es un desesperado,
que él mismo al mar se arrojó
ya después de haber zarpado,
y un gancho que le eché yo 695
le pescó como pescado.
BAJA
¿Pues quién le movió a tal hecho?
CAURALI
Amor que reina en su pecho
de un hijo que él se temía
que en nuestra armada venía. 700
BAJA
Y el muchacho, ¿qué se ha hecho?
YZUF
No parece.
CADI
¿Cómo ansí?
CAURALI
Debió de quedarse allá.
D. FERNANDO
¡Ay Costanza! ¿Qué es de ti?
BAJA
¿Qué es lo que dices?
D. FERNANDO
¡Quizá 705
en el lugar le perdí!
BAJA
Cordura fuera buscalle
primero, y, al no hallalle,
el rescate lo suplía;
y fue mala granjería 710
el perderte por ganalle.
¿Este quién es?
CAURALI
No sé cierto.
CAUTIVO
¿Yo, señor? Soy carpintero.
HAZEN
¡Oh cristiano poco experto!
No te sacará el dinero 715
desta tormenta a buen puerto.
El que es oficial, no espere,
mientras que vida tuviere,
verse libre destas manos.
CAURALI
¿Vendrán todos los cristianos? 720
BAJA
Muestra alguno, y sea quien fuere.
Entra el SACRISTAN.
¿Este es pápaz?
SACRISTAN
No soy Papa,
sino un pobre sacristán
que apenas tuvo una capa.
CADI
¿Cómo te llaman?
SACRISTAN
Tristán. 725
BAJA
¿Tu tierra?
SACRISTAN
No está en el mapa.
Es mi tierra Mollorido,
un lugar muy escondido
allá en Castilla la Vieja. [Aparte] ¡Mucho este perro me aqueja! 730
¡Guarde el cielo mi sentido!
BAJA
¿Qué oficio tienes?
SACRISTAN
Tañer:
que soy músico divino,
como lo echaréis de ver.
HAZEN
O este pobre pierde el tino, 735
o él es hombre de placer.
BAJA
¿Tocas flauta o chirimía,
o cantas con melodía?
SACRISTAN
Como yo soy sacristán,
toco el din, el don y el dan 740
a cualquiera hora del día.
CADI
¿Las campanas no son esas
que llamáis entre vosotros?
SACRISTAN
Sí, señor.
BAJA
Bien lo confiesas:
música para nosotros 745
divina es la que profesas.
¿No sabrás tirar un remo?
SACRISTAN
No, mi señor, porque temo
reventar: que soy quebrado.
CADI
Irás a guardar ganado. 750
SACRISTAN
Soy friolego en estremo
en i[n]vierno, y en verano
no puedo hablar de calor.
BAJA
Bufón es este cristiano.
SACRISTAN
¿Yo búfalo? No, señor: 755
antes soy pobre aldeano.
En lo que yo tendré maña
será en guardar una puerta
o en ser pescador de caña.
CADI
Bien tus oficios concierta; 760
no fuérades vos de España.
Entra un MORO.
MORO
Los jenízaros están
aguardándote en palacio.
BAJA
Vamos. ¡Adiós, capitán!,
y veámonos despacio. 765
CAURALI
[Aparte]
¡Oh, qué bien mis cosas van!
Entranse todos; quedan Hazén y Yzuf.
Escapado he la cristiana;
ya la fortuna me allana
los caminos de mi bien.
YZUF
Agora hablaré yo a Hazén. 770
HAZEN
De hablarte tengo gana.
Deja ir a Cauralí,
porque los cautivos lleve,
y quedémonos aquí.
YZUF
En tus razones sé breve, 775
que tengo que hacer.
HAZEN
Sea ansí.
Dejo aparte que no tengas
ley con quien tu alma avengas,
ni la de gracia ni escrita,
ni en iglesia ni en mezquita 780
a encomendarte a Dios vengas.
Con todo, de tu fiereza
no pudiera imaginar
cosa de tanta estrañeza
como es venirte a faltar 785
la ley de naturaleza.
Con sólo que la tuvieras,
fácilmente conocieras
la maldad que cometías
cuando a pisar te ofrecías 790
las esp[a]ñolas riberas.
¿Qué Falaris agraviado,
qué Dionisio embravecido,
o qué Catilina airado,
contra su sangre ha querido 795
mostrar su rigor sobrado?
¿Contra tu patria levantas
la espada? ¿Contra las plantas
que con tu sangre crecieron
tus hoces agudas fueron? 800
YZUF
¡Por Dios, Hazén, que me espantas!
HAZEN
¿No te espanta haber vendido
a tu tío y tus sobrinos
y a tu patria, descreído,
y espántate...?
YZUF
Desatinos 805
dices, Hazén fementido.
Sin duda que eres cristiano.
HAZEN
Bien dices; y aquesta mano
confirmará lo que has dicho
poniendo eterno entredicho. 810
a tu proceder tirano.
Da HAZEN de puñaladas a YZUF.
YZUF
¡Ay, que me ha muerto! ¡Mahoma,
desde luego la venganza,
como es tu costumbre, toma!
HAZEN
¡Tu llevas buena esperanza 815
a los lagos de Sodoma!
Vuelve el CADI.
CADI
¿Qué es esto? ¿Qué grito oí?
HAZEN
¡Por Dios, que vuelve el cadí!
YZUF
¡Ay, señor! ¡Hazén me ha muerto,
y es cristiano!
HAZEN
Aqueso es cierto: 820
cristiano soy, veisme aquí.
CADI
¿Por qué le mataste, perro?
HAZEN
No porque éste fue de caza
de la vida le destierro,
sino porque fue de raza 825
que siempre cazó por yerro.
CADI
¿Eres cristiano?
HAZEN
Sí soy;
y en serlo tan firme estoy,
que deseo, como has visto,
deshacerme y ser con Cristo, 830
si fuese posible, hoy.
¡Buen Dios, perdona el exceso
de haber faltado en la fe,
pues, al cerrar del proceso,
si en público te negué, 835
en público te confieso!
Bien sé que aqueste conviene
que haga a aquel que te tiene
ofendido como yo.
CADI
¿Quién jamás tal cosa vio? 840
¡Alto, su muerte se ordene!
¡Ponedle luego en un palo!
HAZEN
Mientras yo tuviere aquéste,
con quien el alma regalo,
lecho será en que me acueste, 845
el tuyo, Sardanápalo.
Dame, enemigo, esa cama,
que es la que el alma más ama,
puesto que al cuerpo sea dura;
dámela, que a gran ventura 850
por ella el cielo me llama.
Saca una cruz de palo HAZEN.
No le mudes la intención,
buen Jesús; confirma en él
su intento y mi petición,
que en ser el cadí cruel 855
consiste mi salvación.
CADI
Caminad; llevadle aína,
y empalalde en la marina.
HAZEN
Por tal palo, palio espero;
y así, correré ligero. 860
MORO
¡Camina, perro, camina!
HAZEN
Cristianos, a morir voy,
no moro, sino cristiano;
que aqueste descuento doy
del vivir torpe y profano 865
en que he vivido hasta hoy.
En España lo diréis
a mis padres, si es que os veis
fuera de aqueste destierro.
CADI
¡Cortad la lengua a ese perro! 870
¡Acabad con él! ¿Qué hacéis?
Carga tú con éste, y mira
si ha acabado de espirar.
MORO
Paréceme que aún respira.
CADI
Tráele a mi casa a curar. 875
Este suceso me admira:
en él se ha visto una prueba
tan nueva al mundo, que es nueva
aun a los ojos del sol;
mas si el perro es español, 880
no hay de qué admirarme deba.