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Los muertos: 19

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Escena V

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JULIÁN, RICARDO, JORGE y LISANDRO.

RICARDO.- Entra, no seas zonzo... ¿Tenés miedo?... Vaya una pavada... Vení... agarralo vos, Jorge... (Avanzan conduciendo a LISANDRO, que debe aparecer deplorablemente desarreglado y con una mancha de sangre en la frente.)


LISANDRO.- Dejenmé... ¡No quiero!...


RICARDO.- Fijate qué golpe se ha dado...


JULIÁN.- Vamos a ponerle algo...


JORGE.- Toma... Bebe un trago de whisky...


LISANDRO.- No... no... Déjenme... salgan... (Avanza tambaleante unos pasos, recorre la habitación con la mirada, deteniéndola en una y otra cosa, vacila un instante y toma resueltamente rumbo a la chaise-longue, donde se deja caer pesadamente.)


RICARDO.- A dormir la mona.


JULIÁN.- Pobre diablo... Sírvanse, muchachos... Para tomar estamos.


RICARDO.- ¿Y tu mujer?


JULIÁN.- Ya vendrá. Si no, la hacemos salir... (LISANDRO solloza hondamente.)


JORGE.- Tranca fúnebre.


RICARDO.- Son las más empalagosas... A vos, Julián, te suele dar por ahí.


JULIÁN .- ¡Oh!... Muy rara vez. Miralo a ése cómo llora... ¿Eh? Vas a reventar... ¡Pobre bicho!... Está en el colmo dé la degradación. Si algún día me viera en ese estado, me pegaba un tiro.


JORGE.- Si uno se conociera, claro está... Pero nadie, hijito, se conoce los defectos... No lo ves... Lisandro se considera muy feliz. ¡Qué mejor ejemplo!


RICARDO.- ¡Oh!... No embromes... Los imbéciles no se conocen... Veamos lo que nos pasa a nosotros... Nos gusta el trinquis... nos encurdelamos a cada rato, pero en cuanto la cosa pasa de los límites... a sosegarnos, muchachos, y a tomar limón con soda. Servime champagne.


JORGE.- Eso es cierto, pero...


JULIÁN.- Pero el caso es que poco a poco le vamos tomando el gusto y...


JORGE.- Y si nos descuidamos nos agarra de veras... Lisandro tomaba como nosotros al principio. Y ya lo ves.


RICARDO.- Se ha dormido... ¿Qué le haríamos?


JULIÁN.- Dejalo.


JORGE .- ¡Ah, no!... Un susto se lo lleva... (Le arroja una copa de champagne.)


LISANDRO.- (Se yergue como enloquecido de sobresalto.) ¡Qué!... ¿Eh?... ¿Qué hay?


JORGE.- Nada... Está lloviendo... ¡dormite!... (LISANDRO aspira con ansias una bocanada de aire y se deja caer de nuevo.)


RICARDO.- Al bombo otra vez...


JULIÁN .- Lástima que no esté helado... Destapa la otra...


RICARDO .- ¡Cómo no! Pero llama a tu mujer, pues...


JULIÁN .- Me había olvidado... (En la puerta.) ¡Eh!... ¡Amelia!... ¡Amelia!... ¡Nada!... ¡Abrí!... ¡Hum! Parece que se ha dormido.


RICARDO.- ¡Ah!... Esperate... La despertaremos... (Se pone a cantar y JULIÁN y JORGE lo imitan. LISANDRO se incorpora de nuevo y se deja caer.)