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Luciano Santos

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JULIÁN
Boy a decirles, cabal
si les interesa tanto;
es el de Luciano Santos
aquel que un matorral
escuchó el merenjenal
que nosotros platicamos,
cuando las armas dejamos
por el pato que se hizo.
¡Qué largazo ese eboriso!
¿Se acuerda como prosiarnos?

CENTURIÓN
Mesmamente y es verdá,
bide en letras imprentales
«Los tres gauchos orientales».
Un día por el Chaná,
y qué gran casualidá
haber dao con ese pueta,
que tan lindo los aprieta
a plumarios y dotores.

JULIÁN
Cómo no, con mil amores.
Si no es ni medio sotreta.

CENTURIÓN
Vaya y hágalo atracar
Pa conocer ese toro
Que ha de valer un tesoro...

JULIÁN
Pues lo voy a destapar
se está haciendo remendar
el poncho que se ha rompido,
y una mosa le ha pedido
arreglárselo de mado
que quede nuevo del todo
y él que es trucha, lo ha almitido.

Por no perder la ocasión
al oído le está cantando,
y tanto la anda acosando
ese enamorao pichón,
que el incauto corazón.
de tan joven mariposa,
se ha puesto como la rosa
que hinchada por el rocío
le respira el zahumerío
el guzano que la goza.

CENTURIÓN
Si angurriento es el gusano
que se harta con la flor,
es el hombre en el amor
el más corsario y tirano.

A la mujer que pretiende
un cielo le ha de hacer ver,
¡Pobre la que llega a caer
en el lazo que le tiende!