Manifiesto de la Junta Central de Guerra de Navarra
¡Ya ha llegado la hora! Nuestra Patria, España, nos llama a todos los carlistas navarros. Es preciso que sepamos demostrar que somos hijos dignos de ella. ¡Carlistas de Navarra, por España, adelante!
Navarra, la tierra que nos vio nacer, reclama de sus hijos el máximo esfuerzo y sacrificio. La ley pisoteada, nuestras columbres arrojadas, nuestros sentimientos ultrajados, así lo exigen. El Gobierno quiere imponernos una Gestora que, en vez de ser representante de este nobilísimo y antiguo Reino, sea el portavoz de todo lo que nos es más repulsivo y odioso. Navarros, por nuestra historia, por nuestra personalidad, por nuestros sentimientos, ¡Adelante!
El liberalismo, el laicismo, la persecución religiosa, las injusticias diarias son, desde hace mucho tiempo, la norma de los gobiernos, pero estos males en la actualidad han llegado a términos inconcebibles en un país civilizado; por eso todo el que con honradez siente, como sentimos los carlistas, deseos vehementísimos de acabar con todas estas plazas nacionales debe sumarse decididamente a este Movimiento, que trata de barrer tanta basura y podredumbre.
El marxismo y la masonería, obedeciendo órdenes del extranjero, tratan de acabar con nuestra Patria. Por nuestra independencia no lo consintáis, carlistas de Navarra; nuestra historia os lo pide, nuestra dignidad os lo exige.
El Ejército, servidor de los postulados nacionales, se ha puesto en pie; los carlistas, para la obra redentora, pedimos un puesto cié honor. La historia del carlismo es de sacrificio y patriotismo, y patriotismo y sacrificio se os pide.
Este movimiento es nacional, no es íntegramente carlista, pero es necesaria la supervivencia de nuestra Patria; por eso la secundamos, bien entendido que nosotros, después del triunfo, trabajaremos con más entusiasmo que nunca por la realización completa de nuestro ideario, y no descansaremos hasta ver al Rey legítimo, representante de nuestros principios, sentado en el trono de San Fernando. Esta es nuestra aspiración última y apelaremos a la conciencia nacional para que juzgue el desinterés de esta Comunión, que por la Patria está dispuesta a derramar hasta la última gota de sangre, secundando un movimiento contra la vergüenza que representa el Gobierno actual, sin pedir previamente que su doctrina sea, de momento, íntegramente implantada. ¡Adelante, contra lo que representan la antirreligión y la antipatria!
La Junta Regional Carlista del antiguo Reino de Navarra ha sido requerida para secundar este movimiento de regeneración y segura del valor de sus subordinados al decidido apoyo; por eso, aun no tratándose de un movimiento exclusivamente carlista, os pide que sepáis cada uno cumplir con vuestro deber, por duro y penoso que éste sea.
¡Navarros! Pensad en vuestra historia, y sin cobardía, obedeced las voces de vuestra conciencia.
Fuente
[editar]- Ferrer, Melchor: Historia del Tradicionalismo Español, tomo XXX, vol. 2. Páginas 105-106.